• En defensa de Muñiz: ¡No disparen al pianista!

    by  • 18 septiembre, 2013 • Fútbol, Miscelánea • 15 Comments

    (Escuchando de fondo “Bumble Boogie” de Lluis Coloma)

    He preferido que caminen unos días para que el enfriamiento propio del paso del tiempo y la incontrolable apertura de mente coadyuven a comprender el análisis que pretendo realizar. Porque es de una simplicidad compleja que me asusta, al tiempo que soy consciente de la dificultad que conlleva intentar desentrañar de una forma desapasionada el galimatías mental que me posee desde que la desazón me llenó en forma de Alexis Sánchez. Creo que hasta tuve fiebre el sábado noche. En fin. Que sea lo que Dios quiera y que, al menos los que aprecian esta casa, sepan comprender el sentido de lo expuesto con independencia del éxito o fracaso logrado con la explicación.

    Cuando veo en la peña del barrio a un señor jubilado echarle un broncazo a su compañero porque puso el pito cuatro cuando la correspondiente debió ser el tres doble, siempre me viene a la memoria las películas del oeste donde los lugareños no cerraban sus disputas de póker cagándose en las castas del otro, sino que desenfundaban el colt y se dejaban de tonterías. Los daños colaterales en este caso eran sustancialmente cuantiosos, claro, ya que los tíos estaban hasta la corcha de whisky peleón y muchas veces uno no mataba al que pretendía sino que las balas perdidas terminaban alojadas en las sienes de cualquiera que por allí pasara. Esto ocurre en todas las películas de vaqueros, ya sea de John Wayne, Clint Eastwood o el Condemor. Al dueño del local nunca le pasaba nada porque, como se las sabía todas, en cuanto veía a un gachó sacar la pistola se metía debajo del mostrador. Pero el número de pianistas muertos era absolutamente descomunal. El hombre estaba generalmente de espaldas tocando con relativo éxito cualquier pieza de medio pelo y cuando se daba cuenta de la película, ya estaba en el patio de los callaítos. El gasto y esfuerzo que suponía buscar a otro que tocara el piano propició que los dueños de los distintos establecimientos colocaran el cartel de “No disparen al pianista”. El hombre pasaba por allí y, realmente, el disparo le cae a él cuando no es más que una parte coral de la escena.

    (historiasdelregatecha.blogspot.com)

    Parece que Muñiz Fernández le tiene especial inquina al Sevilla. No sé porqué, pero esto le pasa a este hombre. Como por otro lado te puede pasar a ti o me puede pasar a mi que, por las razones que sólo la mente de cada uno conoce, te/me puede caer mejor un equipo que otro. A mi me cae mejor el Dépor que el Atleti (por decir algo) por lo que no sé si mi subconsciente me dejaría pitar con objetividad un partido entre ambos. El de Muñiz creo que no se lo permite cuando juega el Sevilla -lo de Reyes en campo del Espanyol fue lo más surrealista que uno vio en un partido- porque no es normal. Pero eso no es de lo que pretendo hablar. Me quiero centrar en lo que pasó el sábado por la noche en el Camp Nou y romper una lanza por el árbitro persona (el nombre del mismo me es indiferente) aunque sé que no es lo más políticamente correcto del mundo en esta Híspalis nuestra en la semana que vivimos. Así como suena y aunque mi corazón esté ahora mismo insultando a mi cabeza. Porque sí, porque lo que hizo Muñiz Fernández es humano y, desde el punto de vista humano, puede ser hasta comprensible. Hay que alabar hasta la saciedad al que los tenga como el caballo del Espartero. Pero lo que no podemos es menospreciar a nadie por el mero hecho que no los tenga.

    La lección de Rafa Nadal el otro día es palmaria. El tío es único, distinto. Lo llama la Federación para que se vuelva en avión privado después del US Open y dice que el país está como para gastarse dinero en avioncitos privados para que llegue un ratillo antes para preparar la Davis contra Ucrania. ¿Debemos menospreciar, por tanto, a Tommy Robredo si él se volvió en avión (que no tengo ni idea de si lo hizo, pero era por decir uno que jugó el US Open y la Davis)? Pues no, mire usted. Por esas cosas (y otras) Rafa Nadal es quien es y encarna unos valores que van mucho más allá de sus victorias en la pista (lo cual, y aunque lo conviertan en el mejor deportista español de todos los tiempos, es hasta secundario para quien suscribe). Al igual que no podemos pretender que todo el mundo sea como Rafa Nadal -ni siquiera que haya muchos-, tampoco podemos pretender que todo el mundo se comporte de forma ecuánime cuando vas al Camp Nou o Chamartín. Y al que así lo pretenda, y con todos mis respetos, debería alejarse del idílico mundo ecuánime en el que vive y bajar a la realidad del piso.

    No sé si recuerdan el caso de Turienzo Alvarez. Arbitró un partido en el 2007 donde el Real Madrid perdió, no ya en su campo, sino en Santander. La actuación de Turienzo fue perjudicial para los intereses del Real Madrid aunque después los blancos ganaron la liga, si mal no recuerdo. Tras ello, este hombre salió retratado en una de las más bochornosas portadas de la historia del periodismo deportivo. Poco después dijo padecer miedo. Su hija casi ni podía ir al Colegio o al parque. El hombre se confesó de forma desgarradora en una entrevista, cuyo resumen está aquí

    Imagínense por un instante que el árbitro da gol en el gol de Cala y luego la imagen muestra que puede haber una mínima duda. Es que tenemos al día siguiente una portada del Sport hablando de mano negra señalando al de la gomina el cual, no sé si tiene hijos. Pero, si los tiene, imagino que gustará de montarlos en la resbalaera sin que nadie le amenace de muerte. Es que, como dijeron de forma exagerada pero ilustrativa los genios de La Cámara de los Balones el pasado lunes, si el tío da gol y luego se piensa que pudiera haber falta, tenemos el viernes a Laporta y Pilar Rahola en TeleCinco o La Sexta pidiendo la independencia de Cataluña porque el estado opresor español dio por bueno un cabezazo de un chaval de Lebrija.

    Árbitros retirados sin cumplir la edad los hay a patadas. Por muy bien pagado que lo esté a niveles altos, hay quien no aguanta la presión. En Sevilla tenemos el reciente caso de Paradas Romero, único árbitro que osó expulsar al anterior entrenador del Madrid, retirado antes de cumplir la edad reglamentaria. Y en mi opinión la solución no es “el que no aguante, que se vaya y entre otro” como alguno argumentará. La solución, en mi forma de entender la vida, no puede ser más que pedagógica. La solución no es poner el cartel de “No disparen al pianista”. La solución en el Siglo XXI es intentar que no haya un tiroteo.

    (es.eurosport.yahoo.com)

    El lunes escuché a Isaac Fouto, (buen) periodista de la Cadena COPE y amigo personal de varios árbitros. Decía @isaacfouto que los árbitros huyen de la polémica, y que lo pasan fatal cuando ven a posteriori que han errado. Yo creo, sinceramente, que Fouto lleva razón, pero que olvida un matiz importante: el concepto de «polémica». La huida de la polémica viene, precisamente, cuando ante la duda tiras para el grande. El revuelo que se ha formado a raíz del arbitraje del sábado es cosa de cuatro catetos de provincias. Hombre, seamos serios. Lo que pasa en Sevilla ni es polémica ni es nada. Polémica es errar en contra del grande en una jugada dudosa. Esa es la polémica de la que huyen los árbitros. Y yo, repito, lo veo normal, humano y comprensible. Porque obviar tal realidad es despreciar nuestra condición inherente de humanidad.

    Abran la mente para intentar reflexionar sobre el artículo. Vayan más allá de la presunta manía que este hombre nos pueda tener, que ahora esto no va de eso. No digo que Muñiz Fernández sea una víctima, Dios me libre. Forma parte del sistema por lo que cada palo aguantará su vela. Pero lo de Muñiz el sábado es la hojita que sale mala porque la raíz está podrida. Lo de Muñiz del sábado es como lo de Iturralde en el famoso partido de Mallorca y los tres penaltys a Luis Fabiano donde el propio Héctor se descojonaba cuando sabía que ya podía coger el balón como Gasol que ahí no se pitaba un penalty ni para Dios. Señores: la pieza que toca tocar en cada momento es la que es, siendo el pianista casi un autómata que no tiene (casi) otra opción que interpretarla según los cánones establecidos no sea que se le vaya la mano, se forme un tangái y se escape una bala que pueda darle. Quien sea el artista es exactamente igual. Iturralde, Muñiz o Vicente el del canasto. Así que, por favor, no disparen al pianista. Apunten bien, hombre, apunten bien, que hemos echado los dientes viendo fútbol y ya deberíamos saber de qué va la historia ésta de poner (pagar) a muñecos del pim pam pun y a tontos útiles para que vayan en primera línea de fuego, quedando como una patena los verdaderos responsables. Busque la raíz del problema y no se centre en un señor que es humano, que tiene familia y que hizo lo que el 99% de la humanidad haría en su caso, usted incluido. Por mucha gomina que se ponga, por mucho que el cuerpo te pida avasallar con todo lo que se mueve y por muy mal que toque el piano.

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    15 Responses to En defensa de Muñiz: ¡No disparen al pianista!

    1. 18 septiembre, 2013 at 4:37 pm

      Prietas las filas y aquí me tienes sosteniendo mi lanza a tu lado.

      Lo de Muñiz es una anécdota. El problema gordo, y bien gordo, es que Muñiz nunca debió estar ahí, porque tenía que haber descendido el año pasado. Y ahí es donde hay que tirar.

      Pero si el fútbol profesional no tiene fuerza para quitar a Villar, que es uno de los responsables directos de todo el problema arbitral, y para una vez que se unen van dos y hacen la pirula, pues estamos como estamos.

      No hay nada más falso que el vacío de poder. El poder siempre lo ostenta alguien. Y si no lo hace la federación, lo hacen el Marca y el Sport.

      Así nos va.

      PD: mucho peor es la jugada del gol anulado contra el Málaga, por cierto. Y más clave aún. Sin embargo nos indignamos más por ésto.

    2. 18 septiembre, 2013 at 4:37 pm

      Saludos.

      Pues mire, D. Álvaro, que ésta vez casi que no estoy de cuerdo con usted (sin el «casi que»).

      El pianista, ése pianista entre otros varios más, es fiel intérprete de una partitura escrita y surgida en otros lugares, por otros maestros de la música.

      La Ley de Obediencia Debida salvó a muchos criminales militares argentinos de pasar los restos de sus vidas entre rejas. Cumplían órdenes.

      Sin embargo, todos allá (como acá), sabemos que fueron tan cómplices, ejecutores y culpables de la matanza como los inspiradores. Éstos, los cabecillas que las inspiraran (que escribien la música), nunca podrán emprender gesta alguna sin el concurso inexcusable de los ejecutores de a pie, de los que aprietan los gatillos. Peinen gomina, sean calvos o melena suelta al viento.

      Se llama complicidad.

      Se llama «colaboración necesaria» sine qua non.

      Es un robo premeditado de especial gravedad y aunque parezca que estoy elevando los resultados de un partido de fútbol a una duda existencial.

      Los pianistas que interpretan obras horrendas y aporrean las teclas en una tremenda algarabía que les marcan en los cielos del arbitraje, deben caer en el tiroteo porque además de malos intérpretes, permiten que se les use vergonsozamente como fustas, como puntas de lanza, como instrumentos de otros oscuros cerebros ocultos.

      Son tan culpables que merecen la primera bala. Así, al menos, nos dejarán morir en silencio.

      Gracias.

      Cuídate.

    3. 18 septiembre, 2013 at 5:29 pm

      Querido Álvaro,

      dice vuestra merced cosas muy ciertas en su post, y cuando digo ciertas quiero decir lógicas, sensatas… ciertas. Pero tampoco es menos cierto lo que el fútbol, y no otro deporte, conlleva.
      El fútbol, como tal, es un deporte, competición, pero aparte de deporte es modelo de comportamiento (nos guste o no) para jóvenes, niños que quieren ser ronaldos, messis, iniestas… que pueden ser buenos o malos modelos de comportamiento deportivo, social, colectivo, pero entre esos modelos se encuentran los árbitros. El árbitro es el encargado de corregir lo que esos modelos hacen mal (dar patadas, agredir, engañar, insultar…); errar es de humanos, aunque también yerran el resto de los los animales en su ámbito natural, y como vuestra merced hace ver, las antipatías y simpatías son un aspecto intrínseco a los juicios, del tipo que sean.
      El problema viene cuando ese juez, ese árbitro, no es capaz de controlar sus antipatías y simpatías durante el ejercicio de su trabajo. Si un profesor castiga sin motivo y de forma continuada a un alumno, la autoridad competente (jefe de estudios y dirección del centro) toma cartas en el asunto y ejerce de juez supremo. Muy cierto es que son ya varios casos de árbitros que pasan por la llamada «nevera», una cámara de aislamiento por así decirlo; lo de Muñiz Fernández con el Sevilla F.C. (por mencionar el caso de su post) deja claro que no es lo mismo equivocarse contra este equipo, que contra otros (puede que los «jueces supremos» del fútbol también estén intoxicados de esas antipatías y simpatías).
      A dónde quiero llegar, entre tanta sinuosidad en mis explicaciones, es al hecho de que el fútbol profesional, nos guste o no, es modelo de comportamiento para nuestros niños y no tan niños en el ámbito social y no sólo deportivo; y entre este modelo de comportamiento hay señores, jueces, árbitros, que no solo NO desemplean como debieran su tarea reguladora de comportamientos, sino que además la llevan a cabo de forma parcial. Si un niño ve que Messi escupe a la cara a un rival y el árbitro no actúa, el niño ve ese acto menos grave de lo que posiblemente el pensaba que era; si un niño ve que un árbitro castiga sin motivos a un jugador, se plantea si lo de ser un ‘abusón’ en el cole es tan malo como pensaba.
      Que el fútbol es un deporte no cabe ninguna duda; es un deporte que se practica entre amigos, como ejercicio físico, como actividad social, como práctica saludable; pero cuando se hace profesional, como evento público dirigido a masas sociales, el fútbol deja de ser un mero deporte y se convierte en un escaparate de modos de actuar, que los padres no siempre son capaces de identificar.

      Posdata: escribe vuestra merced muy bien.

    4. 18 septiembre, 2013 at 6:33 pm

      Pues yo tampoco estoy de acuerdo, amigo. Aunque sea por una vez.

      Para matar a los que se quedan resguardaitos en retaguardia, hay que acabar primero con los peleles que son colocados como escudos en vanguardia. Si no se hace así, no se puede llegar a ellos.

      Dicho esto, a mi difícilmente me verás criticando a un árbitro. No digo que nunca lo hago, no sea que alguien saque un «favorito» y me deje la cara colorá, pero muy, muy pocas veces. Y eso es así porque comparto contigo la óptica de la cuestión personal de la que has hablado. Y el hecho de que, probablemente, si yo me veo en esa tesitura, me deje de tonterías y salve mi culo antes que mi honor. Que de valientes honorables están llenos los cementerios. Pero estoy de acuerdo con nuestro amigo Jose Manuel cuando dice que todos son cómplices. Cuando vas a una batalla, no perdonas a los soldaditos de a pié por el mero hecho de que ellos no son nadie y los culpables del conflicto son otros. Una vez metidos en faena, que cada palo aguante su vela.

      Y si no, pues te vas (como tú mismo has dicho que han hecho muchos) y aquí paz y después gloria.

      Has mencionado el caso de Turienzo en Santander. En él estaba pensando desde que empecé a leer el post. Si a mi me pasa lo que a ese hombre, lo primero que hago es poner una denuncia en el juzgado que me pille más a mano. No sé si ganaría o no, pero un poquito sí que menearía los cimientos del sistema. Sin embargo, no lo hizo. Se quejó y tal, como vemos en la entrevista, pero siguió adelante. Siguió siendo cómplice. Lo siento, pero alguien así no merece mi respeto.

      Los verdaderos culpables son otros, eso es evidente. Esto es una mafia, lo sabemos todos, y lo peor es que nos estamos acostumbrando, hasta el punto de verlo normal e incluso, a veces, justificarlo. Insisto, no me verás acusando directamente a una persona humana de algo que, seguramente, yo haría del mismo modo. Pero tampoco defenderla por el hecho de ser humano. Cada uno debemos ser consecuentes con nuestros actos (y responsables de ellos) y una cosa es guardar el debido respeto y otra defender lo indefendible.

      Por cierto, es de admirar tu valentía. No es fácil expresar opiniones cuando sabes que vas tan a contra corriente. Enhorabuena.

      Un abrazo.

    5. 18 septiembre, 2013 at 8:08 pm

      Álvaro, eres un bético infiltrado, se te ha visto el plumero, al medioestadio, criaturita…

      Fuera coña, lo de los árbitros es una cantinela interminable en este país, tan lamentable que cuando te toca jugar contra los dos gordos, o contra el Atlético en menor medida (y yo metería al Athletic cuando está en problemas de descenso) ya uno más o menos asume que le pueden robar la cartera. Y sí, creo en la manipulación, sea algo interno o sea desde una atalaya mediática, porque como bien dices, yo puedo llegar a entender que un árbitro sienta su integridad y la de su familia amenazada si concede determinado gol. Es decir, yo metiéndome en la mente de Muñiz, creo que desde su ángulo ve algo que se puede interpretar como falta pero no lo tiene claro. En un Celta-Valladolid dice «no estoy seguro, doy el gol», pero en el Camp Nou o el Bernabéu al hombre se le pasan por la cabeza mil cosas, como el anuncio aquel de Nike que Rooney se imaginaba su futuro tras cagarla ante Ribery en el Mundial, y como a él se la pela que ese partido lo gane el Barcelona o el Sevilla lo que piensa es «no estoy seguro, pero como haya sido falta la que me cae es poca» y pita. Y eso sin olvidar que tiene que tomar una decisión prácticamente instantánea y sin ayuda alguna.

      ¿Eso supone que la competición esté corrupta? Pues sí, probablemente, y como dice Mr. Sarmiento es triste que ya lo veamos hasta normal. Pero el problema no es Muñiz, por mucho que nos parezca un árbitro espantoso (a mí por lo menos), viene de arriba, y tiene que haber algo muy gordo para que los árbitros traguen. Y digo gordo, gordo, nivel mafia siciliana, porque el dinero que mueven Real Madrid y Barcelona es demasiado como para que venga cualquier equipo a joderles la marrana. Lo que me terminó de convencer de esto es lo de Paradas Romero, que era mi árbitro favorito porque le echaba huevos a Real Madrid y Barcelona cuando les pitaba, y curiosamente se tiene que retirar antes de tiempo por «motivos personales». El contrario es Velasco Carballo, que es el árbitro de cabecera de la Federación cuando hay que apañar algo y que se le agradece con el ranking 1 y se le intenta dar la final de Copa entre Real Madrid y Atlético pese a ser madrileño, lo cual está en contra del reglamento por mucho que los dos finalistas también lo sean.

      http://www.intereconomia.com/noticias-/punto-pelota/velasco-carballo-mejor-colocado-para-pitar-final-copa-20130507

      Eso apesta, y mucho. Y repito, el problema no es el árbitro en cuestión por malísimo que sea, es lo que hay arriba. No puedo estar de acuerdo con Algarivo, por lo menos no sin ver el iceberg completo y no sólo la punta.

      Y ahora hablemos del tema «modelos de comportamiento».

      Partiendo de que Muñiz me parece de los 2-3 árbitros peores de Primera División, a la gente se la va la cabeza muchísimo con este tema, y yo en plan demagógico y por mi profesión pienso en los niños (http://www.youtube.com/watch?v=5sDaPvER0uo) que imitan a sus adultos y veo que, por imitación, los vamos a convertir en energúmenos. Por ejemplo leo en varios sitios que Muñiz la tiene tomada con el Sevilla, por lo de la expulsión de Reyes y por lo del sábado pasado, y parece que es que Muñiz hace vudú con un muñequito vestido del Sevilla o algo. El otro día leo en una web lo mismo, y cita lo de Reyes y dos casos más, uno que no recuerdo y que no suspendiera el Osasuna-Sevilla de Copa aquel que se jugó bajo la nieve. Eso es una ida de olla tremenda. No voy a entrar con que parece que el Sevilla jugó aquel partido con nieve y Osasuna en Canarias con un sol espléndido. Voy a entrar en que en total vamos a poner que Muñiz se la ha jugado cuatro veces al Sevilla. Muñiz lleva 11 años en Primera, habrá pitado al Sevilla un montón de veces, y seguramente alguna vez le haya favorecido. ¿Por cuatro fallos (uno con pinzas) ya le tiene manía? Eso es irse un poco la olla. Como decir que el último gol del Barsa es ilegal porque es fuera de tiempo como he visto por ahí. Si con 2-2 coge la pelota Marin a cinco metros del área blaugrana en el 93 clavaos y el árbitro pita el final hay que matarlo.

      Tres cuartos con Undiano y Fermín, que por lo del balón de Albiol, que joder, yo no sé si entra o no, pero no me digan que es claro porque no lo es, es enemigo declarado, y nadie recuerda que ese mismo linier da el gol de Adriano en Valencia en fuera de juego flagrante o un gol de Luis Fabiano al Betis con la mano. Pero lo que queda es que cada vez que Undiano pita al Sevilla viene a robar.

      Yo comprendo que cabrea y mucho, y más porque en los dos estadios de siempre es ya norma, pero que el fútbol es eso, fútbol, y no se puede tener esas idas de olla y esas persecuciones a gente que son personas, y que seamos claros, si da el gol de Cala y el Sevilla gana nuestra vida va a ser la misma. Derrochemos ese odio y esas energías en abrirle la cabeza a Rubalcaba, Zoido, Rajoy o alguno de esos hombre, que con esa gente asustada si que mejorarían nuestras vidas. Relax and have a botellín of Cruzcampo in El Salvador.

    6. Fuente del Quemado
      18 septiembre, 2013 at 8:18 pm

      Es bien cierto todo lo que se ha dicho en los comentarios anteriores. Y estoy de acuerdo en que la culpa es tanto del ejecutor último, el árbitro, como de los que dirigen a éste. Todos son parte del sistema que 4 o 5 veces al año nos hacen sentir como estamos ahora.
      Pero lo que se vio el sábado pasado no es nada nuevo. Ya se produjo el año pasado, y el anterior también. Son las reglas no escritas de la competición, reglas que hemos ido conociendo de forma empírica con el paso de los años los que peinamos canas: «para ser válido un gol del Sevilla la pelota ha de llegar hasta el fondo de la portería», sería una de ellas y como ésta se pueden enunciar más.
      Lo que no entiendo es cómo conociendo estas reglas no escritas, estando el partido empatado a 2 y con un jugador lesionado, faltaran un Kanouté, un Martí o un Poulsen que enfriaran u obligaran a alargar el partido hasta el minuto noventa y ocho. Al equipo le ha faltado oficio y el saber estar necesario para hacer frente a la realidad del podido mundo del fútbol.
      Espero y deseo que no le vuelva a suceder en ulteriores ocasiones.
      Un cordial saludo a todos y felicitaciones al autor por esta magnífica página web.

    7. yaggof
      18 septiembre, 2013 at 8:43 pm

      No hay que tiranizar a Muñiz Fernandez por ser la persona que es, sino por ser el mal profesional que es.

      Si yo le caigo bien a mi jefe, pero soy un inutil, estoy dificultando el progreso de mi empresa. Y la obligacion de mi jefe es echame, aunque se lleve muy bien conmigo. Y si me echan y lo paso mal economicamente es culpa mia y solo mia por mal profesional.

      Muñiz Fernandez es muy mal profesional (no puedo decir el peor porque desgraciadamente el estamento arbitral en España es lamentable) pero los clubes no deberian permitir que determinados arbitruchos sigan pitando en primera año tras año cuando han demostrado su incapacidad para ello. Arbitros tan malos que han perjudicado a casi todos los equipos de primera en sus lances contra equipos de la zona noble de la tabla. Individuos como Muñiz Fernandez, Perez Burrull, Mejia Davila (menos mal que a ese lo echarron), Teixeira Vitienes o Iturralde Gonzalez (menos mal que se ha jubilado).

      Los arbitros deberian de ser desconocidos para la mayoria de la gente. Si es desconocido quiere decir que su actuacion ha sido tan inmaculada que no hay lugar a la polemica, por lo que no son nombrados en las noticias (a ver quien es el guapo que me dice quien arbitró el Atleti-Rayo o el Betis-Valencia).

      Y si bien es cierto que los jugadores tampoco ayudan con el teatro en el campo, el Comite deberia de tener los cojones (porque la potestad la tiene) de sancionar a los teatreros y los engañadores profesionales que existen en cada equipo (y nosotros seguramente tengamos alguno), y dejarse de amenazas a los jugadores que critican al arbitro que lo ha hecho mal (que es evidente que se ha hecho mal)

    8. Bebeto
      18 septiembre, 2013 at 8:44 pm

      El Domingo en paginas del diario As leo un analisis de Urizar Azpitarte sobre las polemicas de Muñiz y dice que acertó en todas las polemicas que hubo en el partido. Yo le preguntaría al arbitro jubilado que ya en activo era bastante malo, que si en vez de Cala es Piqué o Sergio Ramos o Pepe o Puyol pitaría igual pues ese es el problema. No creo que fue un robo yo creo que es MAFIA lo que hay

    9. 18 septiembre, 2013 at 9:36 pm

      No puedo estar en mas desacuerdo con usted que en este caso. En el fondo, no tienes razón, quizás al adornar como llegar al fondo hayas expuesto algún que otro razonamiento en el que si estemos de acuerdo, pero no Álvaro, no.

      Este señor, y los demás, son pianistas elegidos para tocar determinadas partituras y lo son voluntariamente y con sueldos de estrellas del elenco musical.
      Si están ahí es por que se espera que hagan justamente lo que hizo el notas este el sábado, no hay mas, ni menos.
      Aciertas con la especial animadversión que demuestra el individuo de la gomina para con nuestro Sevilla, pero eso es algo que advertimos no en este partido en concreto sino en otros, como por ejemplo, y bien expones, en el del pasado año frente al Español con la surrealista expulsión de Reyes.
      Si estoy de acuerdo, como te dije al principio, con tu opinión sobre la prensa, con la que influye, con la de Madrid y con la de Barcelona.
      Ellos saben que partitura tienen que tocar estos pianistas y se encargan de recordarle si en algún,muy raro, caso desafinan como le pasó a turienzo en el artículo que enlazas.
      La prensa sólo les recuerda que han desafinado y eso, claro, es bochornoso para estos pianistas y para sus familiares.

      Ea

    10. Alvaro
      18 septiembre, 2013 at 9:40 pm

      Doy las gracias a todos por la atención al artículo. Tanto aquí como por twitter. Que haya gustado más o menos, o que se esté de acuerdo más o menos es evidente que resulta secundario. Muchas gracias a todos, de verdad, y por los comentarios. Extensos y cada uno en su estilo y sin desbarrar como el corazón te piden ocasiones

      También dar especialmente la bienvenida a los comentaristas que se incorporan a esta casa. ¡Ya degustan salmón hasta Reinas!

      Creo que era un post especialmente difícil porque estamos con la sangre caliente. Lo único que pretendía decir es que, ante la duda de «A» o «B», lo fácil es tirar para «A». Y que a mi me cuesta mucho criticar al que actúa como actuarían la mayoría de los mortales. Intentaba hacer ver que lo importante es el bosque, no el árbol.

      Como digo en el mismo, mi corazón sigue insultando a mi cerebro por el escrito. Pero de verdad creo que aquellos que no lo comparten (muchos), lo valorarán algo más cuando les baje la hinchazón. Gracias a todos

      Adenda: Hay un buen y muy reciente artículo sobre el particular y su incidencia en el fútbol argentino en Iusport. Por si interesa, este es el enlace

      http://iusport.com/not/860/el_dilema_del_arbitro___error_o_mala_praxis_/

    11. Pepe Arjona
      18 septiembre, 2013 at 10:35 pm

      Estimado Álvaro
      Decía Saúl Karoo, protagonista de la novela Karoo, de Steve Tesich: «Las verdaderas creencias, son inmunes a la razón y a la evidencia empírica».
      A los creyentes Palanganas, y por extensión a los del resto de clubes, nos suele abandonar la razón y la evidencia, cuando sentimos mancillado nuestro honor futbolístico. La ceguera nos llevaría inevitablemente a disparar al pianista Muñíz. Es lo natural. Como lo fué el «Wanted» emitido por Marca, contra el «forajido» Turienzo, en salvaguarda de los intereses de su protegido merengue.
      En cualquier caso, intentar separar al individuo/persona, del profesional, se me antoja alto complejo. El pianista Muñíz en este caso, es tan responsable como los componentes del sistema que le controla: RFEF y LFP.
      Muñíz es parte del sistema.
      Es clara evidencia, comprobar el sometimiento a quienes les controlan. Como ejemplo sirvan, las excelentes actuaciones que realizan en competiciones europeas. A veces llegué a pensar, que se trataba de un colegiado de otro país, disfrazado de Mejuto.
      El reglamento futbolístico no está abierto a la libre interpretación. Contempla en esencia, la aplicación de la norma. Y además, pitar «peligro», no consta en este.
      ¿Hasta cuándo habrá que soportar el trato diferencial con los clubes habituales?
      Si la acción de Juan Cala se hubiera realizado en nuestra área…, ¿Crees qué hubiera señalado penalty..? ¿Entonces…?
      Un cordial saludo y mi felicitación.

    12. 19 septiembre, 2013 at 3:05 pm

      Totalmente en desacuerdo contigo. Muñiz no tiene defensa posible. Un árbitro profesional, si no se atreve a tomar una decisión por temor a perjudicar a un equipo de los poderosos –Madrid, Barcelona y At. de Madrid– y recibir críticas o incluso amenazas de los medios de comunicación o de los aficionados más forofos, es que es un COBARDE. Porque, además, sí que se muestra muy chulito y valiente cuando va a otros estadios. Ahí le da igual que las gradas se llenen de pañuelos, porque se siente inmune. Sabe que no le va a pasar nada y que está protegido. Es decir, machaca al humilde y se arrodilla ante el poderoso. COBARDE, con todas las letras.

      Y no me vale el planteamiento de que, cualquiera que estuviera en su lugar, habría hecho lo mismo. Muñíz es un profesional y se supone que está preparado para arbitrar en Primera División. Es como si yo saltara al ruedo de la Maestranza y me enfrentara a un Miura. En cuanto saliera el toro, sería capaz de batir el record del mundo de los 100 metros lisos y saltaría al tendido. Normal. Pero no sería normal si lo hiciera un torero profesional. La grada no tendría compasión con él, por COBARDE. Y la diferencia es que Muñíz sí quiere ser árbitro, y le pagan muy bien por ello. Y si no se atreve a pitar lo que ve –mira que es fácil–, pues entonces, no sirve para eso. Es así de sencillo.

      En lo que sí estoy de acuerdo es que Muñiz es sólo un instrumento del sistema mafioso que dirige nuestra liga –de ahí que no le hayan sancionado y hasta le hayan dado una palmadita en la espalda, por lo bien que lo hizo–, pero eso lo único que hace es envilecer más su actitud.

      Tampoco hay que olvidar que seguro que hay mejores árbitros que Muñíz en categorías inferiores, con la diferencia de que no tendrán padrino. Muñíz está donde está por ser el hijo de un linier que era íntimo amigo de uno de los mandamases arbitrales. Tenía padrino y se ha bautizado.

      Felicidades por el post.

      Un saludo.

    13. Camilo Sexto
      24 septiembre, 2013 at 5:55 pm

      De lo mejor que he leído en mucho tiempo. Enhorabuena por el pedazo de artículo.

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