• La varadoja del mollate

    by  • 14 marzo, 2022 • Sin categoría

    (Escuchando de fondo Quixotecelixer de Red Hot Chili Peppers)

    A principios de febrero escuché una entrevista a un empresario español dedicado a la exportación del vino tinto en Rusia, el cual mostraba su evidente preocupación ante la escalada de tensión evidente en la zona, que, desafortunadamente, culminó en la actual situación bélica que vivimos. Desconocía el interés por el tinto español en Rusia, pero este hombre explicó que gran parte del mismo venía derivado de una campaña gubernamental contra el alcoholismo. Curiosa antinomia ésta de publicitar el pirriaque amparándose en la sanidad. Y es que, efectivamente, puede resultar irónico el hecho que se fomente el vino entre la ciudadanía para combatir problemas de salud etílicos, pero los datos son claros al respecto. Hay que recordar que muchos rusos hasta comen con vodka (no es una exageración), ya que el frío extremo hace que se busque en el alcohol una forma perniciosa de calentarse, lo cual conlleva un número de personas con problemas derivados de dicha práctica absolutamente brutal. Por todo ello, el Gobierno está haciendo campañas, potenciando bebidas de menor graduación entre las que destaca el vino español. La paradoja es preciosa: en Rusia luchan contra el alcoholismo con un “mal menor” como el tintoretto patrio.

    foto web sevilla.fc.es

    Los que defendemos el videoarbitraje desde hace años, sabíamos que el uso del mismo jamás iba a resolver la polémica inherente a un deporte tan pasional como el fútbol. Pero ni en nuestras peores pesadillas podíamos imaginar un uso tan torticero como el visto en el mediodía vallecano. El VAR, que solo debe usarse en errores claros y manifiestos, se utilizó 2 veces en jugadas que nadie en su sano juicio las puede catalogar como cristalinas. La de la mano es del tebeo. Pero la otra es peor, ya que se usó para rearbitrar. Eso que está prohibido, desde primero de VAR. Y, para rematar el esperpento manzanil, se puso de perfil en el gol rayista donde, viendo la línea marcada por los colegiados, es indudable que debió revisarse. Porque pisotón, hay.

    Vamos a ver. El fútbol es dinamismo. El fútbol no es un frame tras otro. Ni una imagen. Ni siquiera, una cámara lenta. La cámara lenta, para recrearte con un golazo. Pero hasta ahí. A cámara lenta todo parece más, todo se magnifica. Hay una posibilidad de ver lo que quieres que tu mente vea. Esto no es cine. El fútbol no es una toma. O mejor dicho, no es una toma de televisión. La jugada, para verla bien, hay que observarla desde varios sitios y a velocidad normal. Y si el fútbol es una toma, es la del árbitro. El árbitro. Ese señor al que, en palabras de Medina Cantalejo hay que dejarlo que se equivoque. No puedo estar más de acuerdo con tus palabras, Luis, y menos con los actos de los tuyos, Luis. El gol anulado a Rafa Mir no es de VAR. Si Munuera da mano, te la comes. Y si no también. Porque ninguna de las 856 tomas a cámara lenta que Gil Manzano impidió ver a Munuera, dejan claro que pasó. El pisotón a Agustinsson no es de VAR. Si Munuera considera que es falta te la comes. Y si no, también. Porque ninguna de las 856 tomas a cámara lenta que Gil Manzano impidió ver a Munuera, dejan claro que pasó. El penalti a Rafa Mir no es de Var. Si es falta de Catena, te la comes. Y si es a Catena, también. Ahí manda la toma del árbitro. Porque las jugadas, Luis, NO SE REARBITRAN.

    Esto no va de se intuye. O yo creo. O pienso. Esto no va de niño, ve a verla. O niño, no vayas ni a verla. O de parar el juego cada dos por tres porque si miras desde aquí con un angular de no se qué, teniendo en cuenta que llueve y que el contrapicado de la luz del sol puede influir en la postura del cuerpo, yo diría que a lo mejor la intención pudiera ser una que me estoy imaginando. Las fotos, para Morenatti. La cámara lenta para la parada de Dimitrievski a Martial. El fútbol es rapidez y continuidad. Es locura y desenfreno. Ni mejor ni peor, pero distinto al baloncesto, la NFL o el golf por ese componente de velocidad donde el parón es solo lo excepcional. Si serán malos los parones en el fútbol que, cuando se dan, hay añadidos de tiempo. Es un deporte donde el 95% de las acciones son grises. Unas tirarán a blanco y otras a negro, muchas veces dependiendo el ojo del que lo mire. Pero no lo paren. No rompan su esencia. A jugar, coño. Y dejen a ese señor de negro tener opinión propia y equivocarse. Como se equivoca un futbolista al dar un mal pase. Como en el circo, la red salvadora solo para cosas muy graves. Por si te caes y te vas a matar. Nunca por si das mal una pirueta.

    El tinto no solucionará los problemas de alcoholismo en Rusia. Pero es un mal menor al vodka. El Var no solucionará los problemas de polémicas en el fútbol. Pero es un mal menor a su no existencia. O, al menos, debe serlo. Porque el VAR, como el vino, es una maravilla si se consume de forma moderada. El VAR, como el vino, genera un problema si su uso es abusivo y a horas intempestivas.

    Hazle un favor a los tuyos, Luis. Llevas 10 minutos en el cargo, pero te sobra capacidad, experiencia y profesionalidad. Pon orden y haz que se respeten los mínimos códigos del fútbol.

    Sabes, quieres y puedes.

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