• La sangría de la grada

    by  • 4 diciembre, 2012 • Fútbol, Sevilla • 1 Comment

    (Los Abonos y la Pirámide de Maslow fue publicado originalmente en La Palangana Mecánica el 18 de octubre de 2012.)

    En el infausto partido contra el Valladolid hemos podido ver otra entrada desoladora en el Sánchez Pizjuán. Con carácter preventivo y para intentar paliar ese hecho, el Consejo de Administración instauró una serie de medidas facilitando el acceso a los integrantes del Mundialito de la Inmigración y a los Erasmus que estudian en Sevilla a los que vi en la zona alta de preferencia lindando con gol norte. Y, como no, la medida (iba a poner extraordinaria pero ha dejado de serlo) de las entradas baratas para el acompañante de socio. A pesar de ello, y como no podía ser de otra forma, la asistencia al Estadio fue sonrojante.

    Personalmente el tema me preocupa sobremanera. La decadencia en la grada nos retrotrae a épocas pretéritas que uno consideraba superadas y sobre la que es precisO poner coto con carácter urgente. Imagino que dicha cuestión se sustanciará en la Junta General y que se articularán medidas para intentar rescatar al aficionado a Nervión. Quiero creer que se escucharán y debatirán propuestas presentadas más allá de simplones medidas efectistas, regalos de entradas y esas cosas. Espero que se dejen de echar balones fuera y que este Consejo, que no tiene entre sus virtudes la autocrítica y la asunción de errores no me hable de frío, de la crisis o de lo malo que son los sevillistas de finales.

    Una de las características que debe adornar el mandato de todo dirigente es saber afrontar los problemas y buscar soluciones imaginativas. El echarle por sistema la culpa al empedrado es propio de mediocres. Actúen.

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    One Response to La sangría de la grada

    1. Chumbaispil
      4 diciembre, 2012 at 6:34 pm

      Querido Álvaro,

      ya las sagradas escrituras decían que no podía servirse a Dios y al hombre. Intentar financiarse a través de los abonos y de las teles tarde o temprano tiene que fallar porque los intereses de uno y otro acaban entrando en conflicto.

      Y los clubes han decidido ponerse sin reservas en manos de las teles, lo que antes o despues iba a producir perjuicio a los espectadores.

      Como ocurre siempre en el mundo del fútbol, ni lo ven venir ni reaccionan a tiempo. Ahora tenemos horarios imposibles a precio de oro. Consecuencia, cemento a granel.

      Ya se lo dijeron los aficionados del Schalke al Athletic:Fussbal ist kein telefonisch Sex. Los precios en España no eran lógicos para los alemanes. Obviamente tienen otras vías de financiación. Y las gradas llenas.

      Es cuestión de encontrar esas vías. O poner precios lógicos y horarios razonables,claro.

      Mucho pedir,me temo.

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