• El devorador

    by  • 17 mayo, 2016 • Competiciones UEFA, Sevilla • 4 Comments

    (Escuchando de fondo «Aunque no seas virgen» de Silvio y Sacramento)

    De una violenta pasión soy prisionero,
    es una extraña manía que me extravía.
    Sueño que soy para tí un carpintero
    y que eres tú para mí como María.

    Sueño que por tí hago una crusada,
    y que en tu nombre acabo con los infieles.
    Sueño que eres la reina de las mujeres
    y que yo soy guardián de tu morada.

    Silvio y Sacramento. Aparecido en «En misa y repicando». 1990

     

    Languidecía el día de la Inmaculada con uno de los espectáculos deportivos más grandes que la historia del fútbol sevillano conoció, como contaremos a nuestros nietos los que vivimos in situ aquellos que poblamos Nervión.Un solitario gol de Fernando Llorente nos llevaba, tras un partido espectacular en césped y grada, a clasificarnos para la UEFA Europa League y todos los sevillistas que estábamos allí salimos con una sonrisa. Y no sólo porque el vigente subcampeón de Champions había mordido el polvo en Nervión, sino porque empezamos a oler la sangre. Mirabas al de tu lado y sabías que la sonrisa no solo era de satisfacción por haber ganado al mastodonte italiano; era la sonrisa del asesino. Esa que ponía Dimitra Arliss cuando interpretó a Loretta Salino en la mejor película de todos los tiempos. La sonrisa que se atisba detrás de los maliciosos ojos y tupida barba del abuelo. Esa. Y es que ese día empezamos a oler la sangre, esa que tanto nos gusta como huele. La sangre de ella, Virgen para tantos pero no para nosotros, y a la que queremos como María. En ese momento pusimos al abuelo a limpiar su moto y preparar nuestro rifle porque el asesino que recorre Europa se disponía a empezar su triunfal gira. Noruega, Suiza, Bilbao, Ucrania.

     

     

    Y ahora Road to Basilea, sabiendo de su cercanía, como ella sabe que somos capaces de conquistarla otra vez ¿Otra vez? sí. Otra vez. Porque somos jodida y maravillosamente insaciables. Tan pesados y ansiosos que, si conseguimos el milagro de levantar la tercera Europa League consecutiva, no nos detendremos un minuto más de lo debido en disfrutar. Si somos el único de los cientos y cientos equipos que alguna vez jugaron UEFA en conseguir cinco de las de Bertoni, nos limitaremos a consumar en la noche de bodas. Y ya. Si logramos levantar otra vez la Copa, al día siguiente tendremos todos los sentidos en Madrid. Es nuestra forma de ser y actuar y esto lo entiende como nadie un loco vasco que apareció por aquí cuando los cimientos temblaban. Un Emery que recogió a una banda de cornetas y tambores hasta formar un equipo de una solidez tal que empieza a resultar indiferente que todos los años se vayan los mejores. Un vicioso del fútbol al que cuanto más le arrean, más trabaja. Revitalizador de activos para un club cuya filosofía es la de vender, tan antagonista de la egolatría hasta el punto que, cuando los jugadores y el estadio celebrábamos el pase a la final tras derrotar al Shakhtar, no aparece en las fotos. No me extrañaría que mientras los jugadores se duchaban, empezara a, no sé, revisar los últimos 500 corners que tiró el Liverpool para decirle a los suyos que Lovren hace pantallas en el primer palo en los que se sacan por la izquierda o que ojo a los rechaces de Coutinho en los que van por derecha. O tal vez estaba buscando vídeos de cómo tiraba los penaltis Firmino cuando estaba en los juveniles del Figueirense, por si hay que llegar a esa ciencia llamada penaltis (Fuerte y al lado natural) pasada la prórorroga en Basilea. Porque lo mejor de Unai es que no es un genio pero, como lo sabe, no puede hacer otra cosa que trabajar diez minutos más que sus competidores que en muchos casos si lo son. El triunfo de los humildes y del que nunca se rinde.
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    Y es que aquí estamos otra vez, Sevilla. A las puertas de un nuevo reto, tal vez, el más grande que se te presentó nunca. Porque mira tu amada como te pica desde su pajarito azul cuando, además, esta vez te ha puesto por delante a un tal Liverpool, un equipo que se ha entretenido en ganar 48 títulos en Inglaterra. Uno de los grandiosos escogidos a nivel europeo al formar parte del selecto club con la Champions en propiedad. Pero a ti, Sevilla, ese palmarés te infunde respeto pero jamás miedo porque como dice PEX ahora miras a los ojos a esos que no te atrevías ni a mirar a los pies. Porque esta es tu competición. Esa de idilio hechizante, abducidos por una magia imposible de entender de forma racional que nos ha llevado a tenerla más que nadie y a que no haya nadie que la quiera, la ame, la desee más que nos. La consecución de títulos se ha convertido en una violenta pasión de la que somos prisioneros y a la que no renunciaremos siempre. El Sevilla, ese devorador de paragüeros que ha creado un monstruo de ganar como dijo nuestro León inspirámdose en la cita de Sir Roger de mis cazones, viene a por su tesoro. La UEFA Europa League es nuestra cruzada, la reina de las mujeres para nosotros y Ramón Sánchez-Pizjuán, en su Sala de Trofeos, se ha convertido en el guardián de su morada.

    Sevilla, una vez más. Llévame a la diestra del Cielo.

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    4 Responses to El devorador

    1. Alejandro Cadenas
      17 mayo, 2016 at 1:52 pm

      Me pones como una moto, lo sepas. Ojos humedecidos, corazon encojido y ganas de gritar

      Enhorabuena por el escrito.

    2. Félix
      17 mayo, 2016 at 8:20 pm

      Óle, óle y óle. Y el que no tenga compás que se compre uno en Eulogio de las Heras ( qué antigüedad, joé) Enorme Álvaro. Lágrimas como chaparrones de mayo.

    3. 17 mayo, 2016 at 8:31 pm

      Que cosa tan bonita Dios mío. No, si al final vamos a ganar y todo…

    4. José Antonio Galán González
      17 mayo, 2016 at 8:47 pm

      Grandes y fuertes, 11 gladiadores, 1 Copa y la…….gloria.

      Enorme esta previa. Como siempre…..

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