• La cubierta y el francotirador

    by  • 23 junio, 2017 • Economía, Sevilla

    (Escuchando de fondo “Caratortuga” de Muchachito Bombo Infierno)

    Un hombre estaba sentado en su rancho de Texas con un rifle apuntando a una pared, cuando realiza tres disparos de forma aleatoria contra la misma. Tras ello se levanta de forma parsimoniosa, escupe el palillo que mordisqueaba y, con una tiza, pinta tres círculos en torno a cada una de las muescas que se habían producido. Vuelve a su asiento con el rifle cuando llega su mujer y alaba su gran puntería ya que su marido había dado justo en el centro de cada una de las dianas que había en la pared dibujadas.

    Definición wikipedia: “la falacia del francotirador de Texas es una falacia lógica donde la información que no tiene relación alguna es interpretada, manipulada o maquillada hasta que ésta parezca tener un sentido”.

     

     

    Imagen La Palangana Mecánica. Partido Sevilla-Rayo, mayo de 1997

    El pasado miércoles pude asistir al encuentro que el Presidente del Sevilla tuvo con 200 presidentes e integrantes de Peñas sevillistas que se celebró en Antares. Lógicamente no voy a violar off the record alguno, pero ha trascendido que uno de los “asuntos estrella” fue la desechada posibilidad de poner una cubierta que remate la remodelación del Ramón Sánchez-Pizjuán, por lo que se puede hablar de ello con total libertad.

    En el tono de la respuesta se notaba que el Presidente Castro esperaba la pregunta y la traía preparada de casa. Fue claro desde el minuto uno: la cubierta no se va a poner. “Tenemos en el club ocho presupuestos y el más barato es de 16 millones de euros. Nosotros no podemos hacer ese gasto porque el dinero lo tenemos que invertir en futbolistas” fue más o menos lo que recuerdo que dijo.

    Empiezo por el final que, además, es políticamente incorrecto con el sentir mayoritario; yo tampoco ponía la cubierta en el actual Sánchez-Pizjuán, por las razones que posteriormente se expondrán. Pero lo que dijo el Presidente el jueves es de primero de falacia del tirador. Tira para donde quiere y pone la diana donde le place. Pero el disparo, aunque acertado, es erróneo.

    La cubierta no se debe poner, pero la razón no es por el gasto. Primero, y para empezar, porque no es un gasto sino una inversión, lo cual no tiene nada que ver. Poniendo un simil futbolero: un gasto es traerte Vietto que costó un perraje y que lo sueltas en un año y una inversión es traerte a Correa que lo adquieres en propiedad con 21 años y hace que tu activo crezca. Poner una cubierta no es un gasto como pagar la luz del estadio o la nómina de un taquillero. Poner una cubierta es una inversión en el inmovilizado que, como tal, se activa en contabilidad y se va amortizando en los diferentes ejercicios impositivos. El gasto va diferido y el activo crece. Si usted en su casa pone aire acondicionado centralizado o cambia la cocina, ésta sube de valor porque es una inversión; ese dinero que sale de su bolsillo no tiene el mismo “valor” que pagar la comunidad o el IBI, los cuales son gastos corrientes.

    Estoy escribiendo de noche y me da pereza mirar el Plan General de Contabilidad para ver exactamente cómo se amortizaría y las últimas cuentas del Sevilla para expresar el ritmo de la misma. Pero, obviamente, el Sevilla en su Balance tiene una partida por Inmovilizado donde está lo que en contabilidad “vale” el Ramón Sánchez-Pizjuán, valor que se vería incrementado por esta inversión (jamás gasto). La misma se amortizaría en los años que la norma determine, por lo que de manera anual vas imputando pequeñas partidas.

    Por tanto, si la cubierta vale 15 millones y la amortización es en 30 años (por ejemplo), el Sevilla imputaría anualmente como amortización 500.000 euros. ¿Alguien me puede decir que el Sevilla, que va a cerrar la 2016-2017 por una cifra entre 200 y 300 millones de ingresos (ya lo verán) y que tiene deuda neta cero es incapaz en sus cuentas de destinar 500.000 euros a la cubierta? ¿De verdad no podemos cursar el 0,2% de nuestros ingresos a una cuestión que, para mas inri, no es gasto sino inversión? Ojo: como habrá detectado mi análisis es lo suficientemente frío y aséptico como para hablar solo de dinero y no detenerme ni un instante en la comodidad del sevillista que también, digo yo, tiene su corazoncito y que al igual que hace 30 años tenía un coche sin aire y ahora si lo posee, le gustaría no mojarse como lo hacía hace 30 años. Por tanto, señor Castro, y con todos los respetos, la cubierta no es un problema de dinero.

    Ahora bien. Si no es un problema de dinero ¿Por qué no hay que poner la cubierta? Simple y llanamente porque al cerrar el campo por arriba lo limitas.

    (Imagen sevillafc.es)

    Sin entrar en cifras concretas, el Sevilla tiene en torno al 90% de su capacidad cubiertas por abonados. Según los amigos de @deporfinanzas, la efectiva asistencia al Sánchez-Pizjuán roza el 77% cuando la media en la liga es poco más del 70%. En muchas zonas del Estadio no hay entradas a la venta porque no hay sitio. Y aquí, como se puede ver en la imagen de aquel partido contra el Rayo antes del segundazo que preside el post, potencial público hay.

    Estos datos justificarían, en mi opinión, el afirmar que el Ramón Sánchez-Pizjuán se ha quedado pequeño. El club ha crecido exponencialmente en todas sus estructuras. Las vitrinas están llenas. Los presupuestos son escandalosos. Los ingresos son brutales. Lo único que ha menguado con respecto a nuestro histórico Sevilla es la capacidad del Estadio.

    Pero vamos, que tampoco entro en eso. Aun negando que sea necesaria una actual ampliación del Estadio, el hecho de poner una cubierta te quita la posibilidad de una potencial ampliación. Es decir: puedo admitir que usted no esté de acuerdo conmigo y piense que con 43.000 está bien. Pero lo que no se puede saber es que va a pasar en la 2020 o en la 2030. Porque no sabemos qué va a depararnos el futuro de ahí que, a lo mejor, usted que piensa hoy que no es necesaria ampliación, en 10 años cambia de opinión.

    Hombre. Me podrá decir que por abajo también se puede ampliar, lo cual es cierto. Pero en este caso, so pena de que se te quede un campo enano (además de que sería costosísimo porque habría que reformar todos los bajos, vestuarios, etc), muchas filas no puedes hacer, de ahí que, si se piensa acometer un verdadero y potente aforo, hay que meterle grada por arriba si o si.

    En resumen de lo anteriormente expuesto, Presidente. Suelte la tiza y no pinte la diana donde quiere, que resulta innecesario retorcer el argumento ya que en el fondo lleva razón. Tal y como está el campo, la cubierta no se debe poner para no hipotecar el futuro de cara a un estadio mayor, pero no por dinero. Que, a Dios gracias, para un club cuyos ingresos sostenidos estarán mínimo por los 200 kilos anuales y que gracias a su gestión tiene deuda neta cero, la cubierta es una pringá.

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