• Base raty fallace en Tánger

    by  • 13 agosto, 2018 • Economía, Fútbol, Sevilla

    (Escuchando de fondo “Desnuda la mañana” de Triana en la versión de Sabina)

    Según la Dirección General de Tráfico, solo 175 de los 1200 fallecidos en la carretera en 2017 no llevaba puesto el cinturón de seguridad lo que indica que el 85% si lo llevaba. El uso exclusivo de los fríos datos estadísticos nos conduce a la falaz conclusión que es mas seguro no llevarlo porque con el mismo quitado, muere menos gente. Obviamente llegar a tal puerto resulta una sandez ya que obvia la cuestión de inicio (el ratio base): en realidad, solo el 1% de los conductores no lleva puesto el cinturón por lo que, porcentualmente, es infinitamente superior el número de fallecidos entre los que no lo llevan.

    En otro orden de cosas, los test de embarazos aciertan el 97% de los casos. Pero, en realidad, la posibilidad de que una chavala se quede embarazada es bastante menor al 97% de supuestos donde salen las dos rayitas. ¿Por qué? Porque se niega el ratio base: la realidad es que, fisiológicamente, es muy díficil concebir (hay parejas que se llevan años). A ello, súmale que para que se dé el resultado exacto la prueba hay que hacerla bien en cuanto a condiciones de temperatura, calidad de la orina, etc. En resumen y aunque en el fondo el porcentaje del 3% sea el mismo, es bastante mas probable que un test de embarazo falle, que acertar los tres últimos números de la lotería ya que en uno hay ratio base y en otro puro azar. Sobre la base raty fallace hay cientos de ejemplos en todos los ámbitos (médicos, económicos, sociológicos, etc) sobre los que no me detendré más allá de explicar este par de anécdotas que nos ilustran sobre su característica común: la negación del ratio base se da al adoptar una decisión ignorando las circunstancias que a priori condicionan la misma.

    (Foto twitter oficial Sevilla FC)

    El Sevilla decidió incluir en su abono el partido de ida de la Supercopa de España ya que dicho encuentro estaba en el calendario oficial con sus fechas aprobadas. Cogió la norma, miró las estadísticas y vio que la Supercopa de España se ha jugado como marca la ley en 32 de las 34 ocasiones posibles, solo fallando en 1986 y 1987 al no haber acuerdo con las fechas. Es decir: que la Supercopa de España tiene un test de fiabilidad superior al 94% por lo que si la idea era incluirlo en el abono, la estadística te decía que no era ninguna barbaridad. Justamente lo contrario.

    Pero el Sevilla, al igual que el capullo que no se pone el cinturón o aquel que abre la botella de champán cuando el resultado del predictor es positivo (o negativo) partió del error de negar el Ratio Base. El Sevilla, por ser bueno, lo hizo mal. Olvidó la característica apriorística del mamoneo inherente al fútbol español. El Sevilla obvió que el Barça iba a ganar un montón de pasta con la International Champions Cup, que ciertos intereses espurios conducían a Tánger -lean a @gsanchez11-, que en España hay dos clubes para las cuales las normas son un traje a medida y que, el dinero no lleva mas que al egoísmo y esto conduce irremediablemente al abuso (la frase es de Einstein, no mía). El Sevilla no tuvo en cuenta que, estando el Barça por medio, ni normas, ni calendario aprobado, ni Rubiales, ni nada que se le parezca. La Federación no va a molestar al dueño del cortijo y si hay que anteponer un amistoso a un título oficial no pasa nada y si pasa, se le saluda ya que aquí la única norma que vale es el artículo 34. Los que recuerden a Shaquille y al añorado Montes sabrán a lo que me refiero. Lo vivido 48 horas antes con los extracomunitarios y demás intentando poner normas a la carta ha sido ya el remate del desahogo.

    El Sevilla jamás debió meter ese partido en el abono porque, aunque el 94% te decía que se iba a jugar, el ratio base concluía que en realidad era harto probable que sucediera el 6% restante. Qué coño, que ha sucedido. Podía haber puesto los abonos 15, 20 o 30 euros mas baratos y se hubiera evitados barros que condujesen a estos lodos. En cuanto a la reacción de la entidad decidiendo devolver mediante descuentos en productos del club, entradas para partidos especiales o descuento en el abono del año que viene, tendrá su porqué el cual desconozco. Pienso que en el fondo les da igual por lo que, si no se ha hecho en metálico, por algo será. La compensación equivale a un 5% aprox de los abonos por lo que estamos hablando de una cantidad que no será ni el 0,5% de los ingresos anuales del club de ahí que resulte un dinero cualitativamente secundario. Y, desde el momento que renovamos el 95% el abono, el dinero no “se lo queda el Sevilla” como he leído por ahí. El club ha decidido por operativa “retenerle” ese dinero al socio como por operativa decidió ayudar al socio pagando parcialmente las entradas de la última final copera o el desplazamiento a Varsovia cuando pudo hacerlo igual que ahora: en lugar de subvencionar con 100 euros el vuelo a Polonia pudo hacerlo descontando ese precio del abono del año que viene. Ahí se decidió A y ahora se ha decidido B. Igual de bien o mal estuvo aquello que esto.

    Una vez criticado el club (que no lo ha hecho del todo bien por los argumentos anteriormente expuestos), creo que también hay otra parte merece censura. O mas que censura, si al menos hacernos reflexionar. Todos debemos hacer autocrítica y mirarnos un poco el ombligo porque no puede ser que todo, absolutamente todo, sea un mundo. No porque cada uno pida lo que considere oportuno (faltaría mas) sino por el ensañamiento hacia todo lo que hace este Consejo de Administración. La que se ha liado no es sino una prueba mas de que todo está salido de madre en este mundo de RRSS. No hablo de los que están trincando sobrecitos, tienen la promesa de un puesto futuro o, simplemente, son locas despechadas que dan porculo por hacerse notar, los cuales no me interesan. Me refiero al exceso de piel fina en esta época de ofendiditos por todo que nos ha tocado vivir en general, y en sevillista en particular. Y es que la que se ha montado no es medio normal. Repito: el que prefiera que le den 15 o 20 euros en lugar de cogerlos el año que viene, me parece bien. A mi sinceramente me da un poco igual, porque renovaré mi abono para la 19-20 en 11 meses y 20 euros hoy no me solucionan nada; es más, es que lo prefiero así para no tener que perder una tarde yendo a Nervión a jamarme una cola en taquillas. Pero oye, que me parece estupendo el que lo haga, porque cada uno manda en su hambre. Pero negar que la que se ha montado, con Asociaciones de Consumidores incluidas buscando cazar adeptos a su causa es un exceso. Al menos, a mi me lo parece, la verdad.

    Que el club se equivoca mucho y es susceptible de crítica es palmario porque, primero está en nuestro ADN y segundo porque no se entiende el crecimiento sin la exigencia que el sevillismo, como no puede ser de otra forma, se autoimpone. Que este tema de la Supercopa vino mal parido, es algo que no genera duda, máxime si a todo lo que venimos hablando le sumamos la película de los extracomunitarios y el caos organizativo. Pero, y líbreme Dios de dar consejos, tal vez sea el momento de reflexionar un poco todos y pensar que una cosa es pisar el acelerador y otra muy distinta montar un incendio por cualquier cuestión. Y que no puede ser que el inevitable uso de la crítica en pos de la exigencia conlleve la consecuencia falaz de cubrir todo con ese paraguas máxime cuando se usa con fines torticeros. Solo por una cuestión estadística, un club que ha conseguido en lo que va de siglo los éxitos económicos y deportivos nunca vistos en Andalucía, que está ultimando un espectacular museo, que está ampliando el estadio porque no cabe un alfiler, etc. algo, aunque sea poco, tiene que estar haciendo bien. La temporada que empieza, con la inversión en fichajes mas grande jamás vista, un plantel compensado, un entrenador que pinta bien obliga a ello y Don Joaquín Caparrós Camino al mando de las operaciones, creo que obliga a ello.

    En esta desnuda mañana de lunes solo me queda ya pensar en Vilna, segunda parada de la semana. Aprieten los dientes.

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