• El alma libre de Comandini

    by  • 16 octubre, 2016 • El Trinche Carlovich, Fútbol, Historias • 0 Comments

    POR EL TRINCHE CARLOVICH

    Al fin y al cabo, la vida da bastantes vueltas. Hoy puedo estar aquí como número uno y dentro de cinco o diez años, ser como cualquier otra persona. En el futuro espero ser eso, alguien normal y corriente. No creo que sea un tema de mantener los pies en el suelo. El que no lo hace es el que comete el error; hay que estar preparado para asumir el éxito y también la bajada.

    Don Rafael Nadal Parera

      Arriba y abajo. Éxito o fracaso. Cimas y simas. ¿Quién es el que decide donde estás en cada momento? ¿Por qué la fama, el dinero o el primer plano de la actualidad tiene que hacer a una persona más feliz que a otra que pase por la vida de forma más desapercibida? ¿Quién dice que el hecho de firmar autógrafos a diario consigue realizarte más como persona que aquel otro que disfruta en soledad de una puesta de sol?

    ¿Gianni Comandini? ¿Yo? ¿El de los dos goles al Inter en San Siro el día del 0-6? Que va, no lo soy. Imagino que me pareceré a el, porque no eres el primero que me lo dice, pero ni siquiera sé quien es. Solo soy un italiano que ha venido a Australia a surfear.

    Gianni Comandini

    Nacido en Cesena en mayo del 77, Gianni Comandini estuvo desde niño vinculado al equipo local debutando con 18 años en la Serie B italiana, aunque de inmediato fue cedido al Montevarchi de la serie C1. Tras ese año de aprendizaje vuelve al Cesena para disputar dos campañas a un nivel bastante alto como lo demuestra su fichaje por el Vicenza en 1999. Hay que recordar que el Vicenza había descendido esa temporada de forma sorpresiva ya que solo dos años antes había ganado la Copa de Italia y jugado las semifinales de Recopa contra el Chelsea. Allí sustituye como delantero centro a Marcelo Otero (que firmó por el Sevilla) formando un tridente mágico en ataque junto a Pasquale Luiso y Bucchi, ascendiendo a la Serie A dos jornadas antes de acabar el torneo. Su gran temporada propicia que ese verano del 2000 sea convocado por la Sub 21 italiana para el Europeo de Eslovaquia donde junto a Nicola Ventola forma parte de la dupla titular ofensiva de un auténtico equipazo en el que Gatusso y Cristiano Zanetti hacían la raya en mediocampo para que Pirlo desarrollara la magia. Italia levantó el título tras batir 2-1 en la final a la República Checa.

    Comandini destaca por ser un delantero alto, no exento de calidad, buen rematador con ambas piernas y sobre todo muy potente. Su juventud y clara progresión hace que su magnífica temporada en el Vicenza, culminada por el oro en el Europeo Sub-21, no pase desapercibida por los grandes y es nada menos que el Milan quien consigue su traspaso en el año 2000 donde alguno empieza a hablar de Gianni como el nuevo Van Basten, por sus parecidas características en el campo. En Millanello empezó realmente bien, ya que anotó un gol ante el Dinamo de Zagreb que sirvió para que el Milan accediera a la Fase de Grupos de Champions, pero su estrella se fue apagando. Juega bastante menos de los esperado ya que la delantera titular rossoneri estaba compuesta por dos atacantes de leyenda como Shevchenko y Bierhoff a los que acompañaba Jose Mari, firmado a golpe de talonario por Berlusconi. A pesar de su discreta campaña, Comandini forma parte del corazón de los tifossi milanistas ya que anotó los dos primeros goles del histórico 0-6 contra el Inter en San Siro.

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    Muchos veían en Gianni Comandini una estrella cuyo único problema para desarrollar su potencial era que tenía a dos cracks consagrados que le cortaban el paso, de ahí que a las oficinas milanistas llegara una oferta irrechazable: treinta mil millones de liras. Sí. No es una errata. Treinta mil millones de liras (casi 16 millones de euros) pagó el Atalanta en 2001 en el que todavía es la adquisición más costosa de su historia. Sin embargo su rendimiento no fue ni de lejos el esperado en Bérgamo. Aunque si jugó bastante en su primera temporada, nunca consiguió los registros goleadores que se esperaban de el, por lo que su participación en el equipo se fue difuminando año tras año, con cesiones incluidas en el Genoa o el Ternana, ambos de la Serie B. Hasta que se cansó. Con 28 años, aquejado de problemas físicos y una carrera estancada, Gianni Comandini decidió retirarse antes que engañar a nadie y dedicar tiempo al resto de sus pasiones. Porque al punta de Cesena le gustaba el fútbol, si. Pero también el surf, los AC/DC, los Sex Pistols y coger una mochila para perderse. Conocía los mejores hoteles de cinco estrellas y el Bussines Class de los aviones, pero necesita deambular por chozas junto a la playa y mezclarse con una multitud donde nadie le pidiera un autógrafo. Así que olvidó el fútbol, se dejó el pelo todavía más largo y compró un vuelo solo de ida a un destino asiático.

    A Gianni le encantaba viajar, le fascinaba. Y pensaba que en su juventud no había podido disfrutar del mundo porque, aunque había cogido infinidad de aviones y estado en muchos países, sentía que su espíritu nómada estaba prisionero. Del avión al hotel, un paseo por la ciudad, al partido y otra vez a casa llenaba el pasaporte pero no el alma; eso no era viajar. Para conocer mundo necesitaba montarse en el avión sin saber muy bien donde ir. Para conocer Jamaica tenía que ponerse las chanclas y tirar el reloj. Para saber cómo era la gente de Nepal debía dar largas caminatas, comer cuando tuviera hambre y dormir donde fuera en cuanto el sueño le venciera. Para disfrutar de la India necesitaba perderse en un autobús repleto de hindúes. Con su tabla de surf disfrutó de las olas de las playas australianas, escuchando a los Red Hot Chili Peppers. Con su bañador, paseó por Copacabana viendo el talento natural de los niños brasileños emulando a Garrincha junto al mar. Y así por muchos más sitios como Sri Lanka, el Caribe, Indonesia…. Se convirtió en un ciudadano del mundo interesado por conocer culturas y por disfrutar de la diversidad de la madre Tierra.

    Pueden calificar a Gianni Comandini como un bohemio o un soñador, pero nunca como loco. Y mucho menos como un estafador, mas al contrario, si algo destaca de él es su nobleza. A diferencia de muchos otros, no desperdició lo que había ganado en vicios insanos para acabar arrastrado en la mendicidad. Simplemente decidió gastar el dinero que tenía en pasar periodos de libertad y alegría en los más recónditos lugares del mundo sin que nadie le dijese lo que tenía que hacer en cada momento. Con lo que le quedaba, y la sensación de haber podido cumplir su sueño de libertad, volvió a casa e invirtió en un negocio de hostelería en el cual organiza fiestas siendo él quien, entre otras cosas, ejerce de DJ, con un éxito notable.

    Gracias a los amigos de @cesenatoday por la cesión de la foto. Aquí la magnífica entrevista)

    Gianni Comandini. Un jugador referencia en la Italia campeona de Europa Sub 21, por el que se pagaron auténticas millonadas, jugó poco más de 50 partidos en la Serie A y terminó siendo más feliz que nunca buscando la ola perfecta y pinchando música. Un deportista tan honrado que cuando detectó que su carrera se estancaba prefirió dejarlo antes de engañar a clubes y aficionados a costa de perder dinero. Un alma libre que puede afirmar a boca llena que consiguió sus sueños.

    @EltrincheCarlov

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