• Karma contable

    by  • 22 diciembre, 2014 • Derecho, Economía, Miscelánea, Sevilla • 2 Comments

    (Escuchando de fondo «Jingle Bells» en la versión de Bublé & The Puppini Sisters )

    Advertencia previa: el post va a ser bastante más técnico y árido de lo normal ya que la materia obliga a ello. Por tanto, si el lector no está familiarizado con determinados términos contables o fiscales, es absolutamente comprensible que el artículo le parezca un coñazo de proporciones elefantiásicas. Lo sé, soy consciente de ello y por eso lo aviso en el minuto uno de cara a que no pierdan su precioso tiempo si estos temas le aburren.

    Fran Silva 6

    En estos días, el Presidente Castro anda preparando la próxima Junta de Accionistas donde ha manifestado que se presentarán unos números fantásticos, cosa que venimos comentando hace meses en distintos artículos por aquí publicados (por todos “El dinero en el campo”). Y, para este nuevo disco, su primer single es “El club se queda a 0 de su deuda con Hacienda en junio de 2015”. Sin duda es una gran noticia, pero que tiene algunos matices.

    Los lectores más fieles recordarán este antiguo post publicado tras la presentación de cuentas anuales de hace un par de años donde se trataba la activación de crédito fiscal que hizo el Sevilla para presentar “solo” 15,3 millones de pérdidas. Hay que tener en cuenta que, como todo en la vida, rara vez una decisión general se toma por una circunstancia particularizada. Lo normal es que tú adoptes una línea de trabajo tras la suma y resta de distintas variables menores las cuales, tras ser pormenorizadas en sus pros y contras, terminan siendo decisorias en su globalidad. Y en esas, se decidió presentar unas malas cuentas antes que unas cuentas trágicas, a sabiendas que perjudicarías cuentas venideras potencialmente buenas.

    Refrescando sucintamente hay que recordar que activar un crédito fiscal para una sociedad hace que tengas mejores (o menos malas) cuentas en un ejercicio, pero que eso te pasa factura en los siguientes. Porque como todo crédito, hay que pagarlo. Ni hay nada regalado, ni duros a cuatro pesetas, obviamente. Lo hacen clubes muy importantes como el Barcelona (ver penúltimo párrafo) o el Sevilla en años malos o, incluso, más modestos como el Albacete (ver primer párrafo) para presentar beneficio en vez de pérdidas.

    Con un ejemplo tan irreal e imposible como clarificador creo que se entiende mejor esto de la activación de crédito. Imaginemos que en 2010 abriste un comercio y el señor A te compra siempre por valor de 10. Por tanto en tu contabilidad de 2010 a 2013 te incluiste ingreso de 10. Sin embargo, el señor A no te compró nada en 2014 pero te dice que para 2015 vuelve a comprar 10. En teoría no puedes meter nada en 2014, pero como tus números ese año son casualmente son un horror y ese es un ingreso más o menos seguro, “adelantas” los ingresos de 2015 en la contabilidad de 2014. Los auditores, que son unos señores muy preparados y muy amables, lo dan por bueno y las cuentas de 2014 salen bien.

    El “problema” es que las cosas son como son en un momento determinado; pero inherente a la diarrea legislativa a este bendito país, puede pasar que las cosas dejen de ser como eran.

    Fran Silva 3

    Hace unos meses leí este post de Manuel Conthe, economista y ex director de la CNMV que ha salido ya por aquí alguna vez por ser una de las referencias de esta casa. Si es bueno en su trabajo y descomunal su amplitud de miras, su blog hace que cualquiera seamos convertidos automáticamente en juntaletras. Leyendo el post enlazado recordé que eso le pasa al Sevilla.

    En él se analiza una paradoja contable de primer nivel ya que la buena noticia que siempre supone una bajada de impuestos, supone un golpe inesperado a la contabilidad. La idea tan aparentemente antagónica es la siguiente: cuando una sociedad tiene unos resultados horripilantes pero estima que en el futuro los va a tener buenos, activa en su balance un “crédito fiscal”. Como hemos visto, se llama así porque funciona de una forma parecida a un crédito: contablemente haces esta ficción ya que es como si Hacienda “te prestara dinero”. El importe por el que activas el crédito se hace teniendo como referencia el tipo del Impuesto de Sociedades que existe en ese momento. Como el Sevilla -lo hemos visto en el enlace a la información de la Junta de Accionistas- tenía 22,5 millones en resultado negativo, activó un crédito fiscal en su balance de 7,2 millones de euros, por lo cual presentó unas pérdidas de 15,3 millones. Que son unos números dramáticos, pero al menos no son los trágicos -22,5.

    (Paréntesis: en realidad, el tipo en Impuesto de Sociedades era del 30 % por lo que el crédito que debió activarse pienso que tuvo que ser 6,75 millones (22,5*30 %), pero finalmente se puso algo más (7,2 millones). Mis escasos conocimientos contables generales, de las cuentas del Sevilla (tal vez hay un error en las cifras) y del Impuesto sobre Sociedades son lo suficientemente limitados para no tener respuesta a ello. Pero bueno….me admitirán pulpo como animal de compañía, ya que lo importante es la luna y no el dedo que la señala)

    El caso es que se activaron 7,2 millones porque, como hemos visto, el tipo del impuesto de Sociedades en ese momento era el que era. Pero ¿qué ocurre? Que con la reforma fiscal que el Gobierno a introducido en la última semana de noviembre, los tipos en el Impuesto de Sociedades van a bajar hasta situarse en un 28 % en 2015 y en un 25% a partir de 2016. Corolario de lo anterior: el crédito fiscal contable que pusiste lo basaste en un tipo que es el que había, pero superior al que va a haber en la realidad. En el artículo del profesor Conthe se pone ejemplo de una compañía que perdió 300 millones y cuyo crédito fiscal ha quedado contablemente sobrevalorado, pues sus antiguas pérdidas de 300 les permitirán ahora reducir sus impuestos tan solo en 75 millones, no en 90. La partida doble se ha tomado la revancha. Por eso el post tiene la guasa de llamarse “el karma contable”, nombre que me gustó más que el que tenía en el making off (“El beneficio impositivo perjudicial”)

    En el caso del Sevilla, será igual. Contablemente le tenemos que “pagar” a Hacienda 7,2 millones de euros (es el crédito que le debemos). El gasto por impuestos que tenemos que poner es de 7,2; pero la realidad es que debiéramos pagar menos. Porque el nuevo tipo va a ser menor.

    Otro ejemplo irreal y numérico para que se vea. Si el Sevilla todavía no ha empezado a compensar el crédito y decide hacerlo íntegramente en 2016, tendrá que imputar un gasto de 7,2 millones (como hemos visto) cuando en realidad debería ser de 5,62 millones (25 %, tipo de 2016 de 22,5 millones). Por lo tanto, y llego ya a la meta, la bajada del Impuesto sobre Sociedades propicia la paradoja de un gasto extra en contabilidad de más de millón y medio de euros. Curioso ¿verdad?

    ¿Qué incidencia puede tener esto? Utilizando un nuevo ejemplo simplón, si tú tienes en caja 5 kilos para fichar un portero, pues sólo te puedes gastar 3,5. Porque el otro 1,5 sirve para satisfacer al karma.

    ¿Cuánto crédito fiscal queda por compensar? ¿Descuadrará las cuentas venideras? Ni idea. No tengo las cuentas del Sevilla por lo que habría que analizar los rumberos movimientos de la partida 4745. Sin embargo estoy prácticamente seguro que debe algo quedar porque imagino que, por muy buena que sean las cuentas que se van a presentar (que como decimos hace meses, lo serán), no se enjuagará el crédito fiscal íntegro de una tacada en este año pudiendo hacerlo en más tiempo.

    Fran Silva 1

    Adenda: Ya sé que las fotos poco tienen que ver con el post, pero como son de mi querido Fran Silva (@Fransilva), son de Sevilla y son preciosas, he tenido a bien ilustrar este rollo macabeo con ellas

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    2 Responses to Karma contable

    1. Eugenio el de los chistes
      23 diciembre, 2014 at 5:57 pm

      Vayan por delante dos realidades tamaño piano de cola. La primera, mi cuasianalfabetismo funcional en materias fiscales y contables. La segunda, que me he leído dos veces el artículo salmonero.

      Puesto lo puesto a la cabeza de mi mensaje, allá que voy con una osado -por lo ignorante del que lo construye- comentario:

      ¿No es inherente a toda operación de crédito a tipo de interés fijo el que acabes pensando que lo que en su momento te vino como agua de mayo te está viniendo como cuarto de kilo al anillo de cuero?

      Y lo pregunto porque me da la sensación -y te he leído dos veces- de que te sorprende mucho el hecho de que un crédito a tipo de interés fijo (mil perdones si estoy reincidiendo en una gilipollez tamaño petrolero) acabe siendo un lastre, cuando para mí -en mi vergonzante ignorancia- la sorpresa ha sido que exista el mecanismo que has bautizado como crédito fiscal.

      En cualquier caso, por encima de en lo que hayas querido poner énfasis a la hora de exponer el asunto y muy muy por encima de mi interpretación, exquisita nueva clase magistral de fiscalidad y contabilidad palanganera. Incluyendo a la guinda de la licencia poética de las fotos con que has adornado el escrito. Así que, otra vez más, felicidades, maestro.

    2. Alvaro
      24 diciembre, 2014 at 9:58 am

      jajajaja. Gracias por tus siempre agradecidas palabras y, sobre todo, por la forma de expresarlo

      No, si en el fondo llevas razón. Es más: el otro día leí en un articulito sobre el particular, donde interpreté que no es para nada descartable que algunas empresas puedan incluso «maquillar» sus cuentas de ahora porque pueden activar un crédito fiscal más alto del que podrían activar el año que viene.

      Lastre, lastre pues tampoco. El tema es que en contabilidad pagas más que en la realidad, eso sí. Y que aquello te vino de lujo para como te debía/podía haber venido

      Abrazos y felices fiestas, fiera

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