Atizar ganando. El posicionamiento.
by alvayanes • 21 septiembre, 2016 • Fútbol, Sevilla • 6 Comments
(Escuchando de fondo “Algo tan maravilloso» de Triana)
Nicholas Carr es un destacable escritor norteamericano licenciado en Harvard y conocido entre otras cosas por sus trabajos en tecnología en el ámbito cultural. Aunque con anterioridad había publicado algunos artículos y libros, cuando saltó definitivamente a la fama fue tras la columna publicada en The Atlantic llamada “¿Está Google haciéndonos estúpidos?” Esta idea fue la matriz del libro que vio la luz dos años después titulado “¿Qué está haciendo Internet con nuestra mente?” Fue un auténtico pelotazo de ventas que llegó a estar nominado al Pullitzer de 2011 en la categoría de no ficción. Carr tal vez sea el más representativo, pero no el único que desarrolla la idea. Y es que como han estudiado numerosos profesionales de los más diversos ámbitos (desde neurólogos a sociólogos), el exceso de información nos está idiotizando en el sentido que perdemos la capacidad de discernimiento y raciocinio que debe presidir cualquier intento de análisis por nuestra parte.
Internet es todavía un mundo salvaje y peligroso. Todo llega allí sin jerarquía. La inmensa cantidad de cosas que circula es peor que la falta de información. El exceso de información provoca amnesia.
Umberto Eco
Una de las perversas consecuencias que todo ello acarrea es el conocido como “Síndrome de la Fatiga por información” (Information Fatigue Syndrome o simplemente IFS) que como su propio nombre indica es el cansancio que tiene nuestro cerebro ante la acumulación de conceptos ¿Cómo reacciona la mente ante el IFS? Con el posicionamiento. No hay más. Ante la avalancha de datos, la mente simplifica hasta el extremo. No hay horas en el día para tratar de procesar de manera analítica todo lo que llega, por lo que nuestro cerebro genera una especie de película lo suficientemente fina para asumir los conceptos en su generalidad, pero lo bastante densa como para impedir el paso de la sustancia que defina el argumento. Podemos acceder a mucho y, como tal, queremos mucho, pero todo no cabe por lo que nos quedamos con lo esencial o, qué coño, con lo más llamativo: ese es el éxito de twitter y el fracaso del blog a día de hoy. La inmediatez y el posicionamiento. Te posiciona quedándote con una idea básica o llamativa, y vámonos que nos vamos. Cualquier gurú tiene más audiencia en 140 caracteres aunque hable de medicina que un reputado cirujano que escriba un tratado diseccionando su especialidad.
Si el posicionamiento es la regla general, todo ello se exagera en aquellos casos donde la cascada se produce sobre temas que hasta hace poco eran desconocidos. Porque si la sobreinformación viene sobre una cuestión que controlas, tienes el suficiente discernimiento para poder discriminar lo sustancial de lo baladí o para saber cuándo te la quieren meter hasta donde pone Toledo. Pero si es una cosa nueva, la única defensa que tiene el cerebro contra la sobreinformación es la supersimplificación.
Foto ASR Pepe Brand
Sampaoli llegó a Sevilla con 56 años, 0 partidos entrenados en Europa y con el sospechoso Lillo como enlace. Acostumbrados a Emery con su corbata y gomina hablando de creer en crecer, vemos como en la primera rueda de prensa que da se sienta un hombre chiquitito con la cara de Paquili el del Cerro, una voz aflautada, los brazos tatuados y hablando del ataque desaforado, las formas como modo de vida y el amateurismo. Y eso, al que no ha visto en su puñetera vida más de Sampaoli que un rato de un Chile-España harto de cervezas en su casa, lo pone con las orejas tiesas y piensa que aquí ha venido una especie de quiromante que está como un cencerro. Si a ello le sumas que en el primer partido de liga se da un resultado freak, tenemos la tormenta perfecta: los que habían hecho del posicionamiento su forma de entender al argentino, ya no se van a mover de ahí.
Pero resulta que el equipo va a Villarreal, el ataque enloquecido no aparece por ningún lado, y sacamos un punto porque Rico estuvo soberbio. Recibimos a Las Palmas y ganamos medio bien aunque tampoco en la globalidad del partido se puede decir que fuéramos muy superiores. Vamos a Turín y el equipo (en contra de lo que muchos opinan) no se mete atrás salvo al final, pero ataca mas bien poco en los 90 minutos. Y en Eibar hacemos un partido malo pero, coño, tampoco pierde. Este bloque de partidos de competición se cierra con el derbi, que también se gana sin hacer tampoco un juego excelso.
Y todo esto, descoloca a los del posicionamiento previo. Pero hay que atizar, claro. Porque el posicionamiento -salvo honrosas excepciones- es antitético con la asunción de errores. Así que hay que reinventarse para atizar. Hay que variar el argumento.
Los fiscales de Sampaoli no se ponen de acuerdo: si sale al ataque, le tachan de suicida; si sale a contener, dicen que está traicionando sus ideas y es un técnico resultadista y conservador. Cada quien está en su derecho de etiquetar a Sampaoli como prefiera, pero no hay delito alguno en alcanzar los objetivos globales del club permutando jugadores, esquemas y alineaciones.
Rubén Uría en este fantástico post
Tras aquella primera rueda de prensa, se le atizó por no ser resultadista. Pero resulta que lo que está haciendo ahora es ganar más que perder (bueno. En realidad, que empatar, porque perder ha perdido cero partidos) de ahí que haya que variar el argumento para dar cera. Ahora también se le atiza, ya que no se está viendo en el campo la idea que pregona. El caso es, dejémonos de tonterías que ya tenemos experiencia en este sentido (verbigracia, Emery) atizar a este hombre simplemente porque no te gusta. Cómo no será el posicionamiento descarnado que tras llegar a casa repasé alguna crónica periodística del partido del derbi donde explícitamente se decía que Monchi se ha equivocado trayéndolo. Después de ganar un partido frente al Betis, llevar 11 de 15 en liga y empatar en campo de la Juve, la conclusión es que Monchi se ha equivocado fichando a Sampaoli. Con dos cojones. Después de esto, pocas dudas hay de que la persecución contra el entrenador del Sevilla por algunos posicionados es encarnizada, impenitente y encolerizada. Por las razones que sean, que las desconozco (aunque alguna me puedo imaginar), y ya puede ganar la Champions que en la crónica de esa utópica final habría leña.
Como ya comenté en la falacia del hombrecito de paja, no ha nacido el entrenador que le guste más ganar que a Sampaoli porque, básicamente, a todos les/nos gusta ganar y hemos venido aquí a ganar. Al igual que para una carrera unos piensan que es mejor escaparse al principio y otros que jugarsela al sprint, en el fútbol hay quien entiende que el mejor camino es, no sé, la contra y otros que se anudan a la posesión. Contra el Madrid en la Supercopa, la forma de ganarle era robarle el balón y eso se intentó. Y contra la Juve, la forma de rascar algo no podía ser robarle el balón porque, simplemente, los italianos te la daban para esperar tu fallo. Pero la meta es la misma seas Caparrós, Bielsa o Diego Martínez: el fin es ganar. A veces irá bien y otras no porque enfrente hay a un rival que tiene la extraña manía de desear ganar igual que tu.
El tema Sampaoli no sé como saldrá porque yo soy el primero que albergo ciertas dudas. No tengo idea si será cesado en diciembre o si volveremos a ver algo tan maravilloso. A día de hoy hay cosas buenas y otras malas que convienen ser analizadas y criticadas de forma constructiva en aras del beneficio del equipo. Pero lo único que tengo claro es que el crédito de la decisión adoptada por Monchi (esta o cualquier otra) está más que ganado a ley y que, por la vía de los hechos, el entrenador sevillista demuestra que ni es un loco que pasaba por allí, ni sus colaboradores son chamanes, ni es un filósofo de la vida al cual le importa mucho el olor de las nubes. Ni sus partidos son ruletas rusas o monedas al aire: de ser así, no llevaríamos dos goles encajados en los últimos 5 partidos jugados. Estamos ante un enfermo del fútbol que entiende de esto, que sabe de qué va esto, que no puede ser más justo cuando hace las convocatorias, que está leyendo los partidos de forma adecuada en la mayoría de las ocasiones y que, vamos a la mayor, está pergeñando un equipo nuevo donde además anda sacando mas puntos que los que se deja atrás. Más de los que muchos pensábamos hace un mes, siendo sinceros.
Entrenadores sin derrotas en sus 5 primeros partidos de Primera con el Sevilla: Caicedo, Luis, Marcelino y Sampaoli.
— Pedro Martin (@pedritonumeros) 20 de septiembre de 2016
Creo que por tanto bien haríamos en intentar sobrepasar la supersimplificación mental que nos ha producido la sobreinformación vivida en estos dos meses que lleva aquí este entrenador, del que tan poco sabíamos los aficionados medios. Que la fatiga mental por avalancha de datos ni nos idiotice ni nos coloque en posiciones inmutables y que seamos capaces de romper barreras preconcebidas. Toca abrirse de mente, analizar, criticar para construir y ser paciente con este extremadamente novedoso Sevilla. Y el que no quiera ser paciente, al menos que confíe un poquito solo en quien se lo ganó máxime a base de empetar vitrinas trayendo entrenadores y jugadores.
La palabra esencial es» Paciencia». Está demostrando que de fútbol, sabe y sabe bastante.
Necesita, reforzar algunos puestos, que espero se realicen en el marcado de invierno, pero sabe lo que hace, y los puntos están ahí.
Repito, confianza y Paciencia, puede ser un gran año
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a que la sobreinformación es inevitable, yo defiendo la idea de seleccionar de dónde recibirla. Y de quién, claro. Me parece un buen filtro, aunque luego debe ser uno quien procese, analice y llegue a conclusiones. De todos modos, esto es como gritar en el desierto. De toda la vida, el vulgo es el vulgo. Pan, circo y gladiadores que se maten en la arena.
Respecto a Sampaoli, estos últimos partidos más «conservadores» me han dado la tranquilidad que me faltaba una vez terminó el partido contra el Español. El discurso del argentino y el primer partido de liga hacían entrever otra cosa. Ahora, sin embargo, veo a un magnífico entrenador que tiene una idea, pero que no es gilipollas; y que mientras consigue aplicarla, estudia al rival, plantea los partidos, va cambiando durante el curso de los mismos y suma puntos.
Yo creo que el problema es que hay gente con audiencia a quien solo mueve el ego y sus impulsos primarios (sentimientos, me cae bien este y mal el otro etc.) y no solo en gurulandia, sino también en la prensa. Y muchos les siguen y les hacen caso porque no deja de ser pan y circo.
Y también creo que es bueno que haya gente que analice y hable clarito para aclarar la mente a más de uno. O, mejor, para darle argumentos sobre los que pensar y llegar a conclusiones. No todo el mundo se deja llevar, muchos que sufrimos esa sobreinformación de la que hablas y agradecemos estos análisis más extensos.
Un abrazo.
Estoy de acuerdo con Enrique Pino en su comentario más arriba, pero con un matiz. Yo creo que no se trata de esperar al mercado de invierno (que si se puede pescar algún jugador que sume, pues también) sino de que Sampaoli conozca mejor los peones que ya tiene a su disposición, aprender a maximizar sus cualidades y a posicionarlos donde sus debilidades tengan la menor incidencia posible en el rendimiento del equipo. Eso irá llegando. Es la famosa tecla que todo entrenador tiene que aprender a pulsar y que a Emery le costaba varios meses encontrar cada temporada. Luego la orquesta tocaba de maravilla, pero para entonces llevábamos ya una desventaja que costaba remontar. Ahora con Sampaoli estamos en las mismas, pero segundos en liga y con un punto en el partido más complicado de Champions. Si la teclita aparece rápido y el equipo empieza a carburar, estando así de bien posicionados, podemos empezar a frotarnos las manos como no hacíamos desde Juande…
Magnífico, Álvaro. Sensatez y sentido común es lo que necesitamos.
Por otro lado yo estoy encantado: 11 de 15 y a la grada el que no corra (léase Ganso en el último partido)
El que me mosquéa es Lillo…vaya la mochila que trae el muchacho.
Excelso el artículo. Y muy acertados los comentarios. Creo que todavía es muy pronto, algo mas de dos meses, para calibrar el proyecto de Sampaoli. Me gusta sobremanera sus ruedas de prensa. Conciso, claro y sin engaños ni florituras. Ojala tengamos la paciencia necesaria para que el escultor pueda terminar la obra. Aún habiendo sufrido el partido tan horrososo de Eibar, a mi me tiene ganado su idea de juego. Espero por bien de nuestro Sevilla F.C. que la idea se convierta en realidad. Mientras tanto paciencia y apoyo.