No son horas
by alvayanes • 18 septiembre, 2016 • La firma invitada, Sevilla • 5 Comments
POR @_MARTINLUCIA
(Escuchando de fondo «No son horas» de Calamaro)
7 de mayo de 1999. Por fin llegaba a mis manos Honestidad brutal, “segundo” disco en solitario de Andrés Calamaro tras disolver Los Rodríguez. Sin duda, su disco más acertado. Y, para mí, entre los tres mejores del pop español de esa década que terminaba. Por calidad, por extensión, por atrevimiento… Llegué a casa de noche a reposar un poco, el disco aún intacto, pues a las 4 de la mañana habíamos quedado para ir a la explanada del Gol Sur y coger un autobús que nos llevaría, junto con nuestros anhelos de glorias que realmente nunca vivimos y nuestra austeridad obligada, al Cerro del Espino, a jugar con un filial: el Atlético de Madrid B. Aproveché para escuchar con calma ese disco mientras daban las 4. Fascinante desde el principio.
Dieciocho años después el disco sigue manteniendo su vigencia. Dieciocho años después los viajes ya no son al Cerro del Espino.
De las treinta y seis canciones que lo componen hay una que destaca sobremanera por su exquisitez: un vals peruano que, desde una elegancia al alcance de pocos, va pasando con naturalidad por otras tres melodías distintas. Un ejercicio de creación que está y estará al alcance de pocos: cuatro melodías para una sola canción. Hablo de No son Horas.
Dice la letra de esta canción, en uno de sus cambios de melodías: “Y, si te falta una imagen, quiero que me recuerdes así: con el viento en las velas”. Y, aunque el argentino se lo está diciendo a su ex, tras una ruptura sentimental llena de dolor y vacío, pareciera que se lo hubiéramos dicho, nosotros, los sevillistas, a aquel pasado de glorias que realmente nunca vivimos, envalentonados, citándolo y retándolo ocho o nueve años después: “Mírame, sí, aquí en Segunda. Pero mira cómo canto, mira cómo empujo… con el viento en las velas”. Algo así podríamos haber dicho.
Sin duda, si hay que elegir algo de estos dieciocho años, uno elige cada uno de los triunfos, la plata, ahora sí, la gloria (esa que, realmente, nunca habíamos vivido). Pero, si hay que quedarse con algo más, en mi opinión, es con ese viento en las velas. Con esa afición que ha ido creciendo paralela a su equipo y que, durante los malos tiempos, que los ha habido, siempre ha estado allí, donde se le esperaba sin previo aviso. Porque, como también escribía Calamaro para iniciar este tema, que más que una canción es una lección de vida: “Si te dicen que caí, y es verdad, no sientas ni un segundo más de lástima por mí que me voy a levantar”. Y vaya si nos hemos levantado. Tantas veces como caímos al suelo. Y, siempre, siempre, con el empuje y coraje de quien canta, no para dejarse la vida, sino para encontrarla. Porque vivir no es distanciarse de la muerte, sino encontrar aquello que te da vida. Y, en nuestro caso, es el Sevilla Fútbol Club.
Foto ASR Pepe Brand
Este martes: derbi. Y qué duda cabe que allí estarán los míos, llenando su garganta de vida, su pecho de vida. Allí estarán los míos sabiendo que su aliento es imprescindible e inevitable. Porque, si tengo una certeza, es esta: que esta gente no falla. Que allí estarán, el corazón en una mano, la bufanda en la otra, cantando, no para animar, sino para seguir viviendo. Este martes: derbi. Este martes otro ejercicio de entrega sin mesura. Otro ejemplo de generosidad. Como el que hiciera Calamaro en 1999 dando cuatro melodías a una canción. Sin guardarse nada. Porque no cabe la impostura en la vida, cuando tu vida se te sale a borbotones por la boca. No cabe la impostura en la vida cuando, donde debiera haber un corazón, hay un escudo. Este martes derbi. Este martes otra noche para cantar con el corazón y latir con la garganta. Para morir un poco y así seguir viviendo.
Y no olviden este otro verso de la canción: “No te olvides que soy grande porque tengo multitudes que me esperan afuera”. Sevilla, tú no lo olvides. Que esa es tu grandeza. Que allí estarán los tuyos. Imprescindibles e inevitables. Cantando para encontrar la vida, muriendo para seguir cantando. Muriendo un poco, para seguir viviendo.
¡¡Viva El Sevilla!!
Este texto, esta obra de arte, se la deben hacer llegar a Sampaoli, y éste, con la canción de fondo, leérsela a todo el vestuario.
@jose_alcosa
Qué grande eres, coño. Precioso artículo que sólo puede escribir un poeta
Seguiremos viviendo. No me caben dudas. Excelente MartinLucia.
¡¡¡Sí son horas!!! Para el Sevilla siempre son horas. Fantástico articulo. El final es una explosión de sevillismo total que te invade el cuerpo. Gracias
Dios, Alvaro!!, los vellos de punta, las lágrimas preparadas para brotar.
Realmente tienes un don precioso. Y lo pones al servicio de los tuyos…Gracias!!