Te llamé Sevilla y llevarás mi nombre por los siglos de los siglos
by alvayanes • 27 mayo, 2015 • Competiciones UEFA, La firma invitada, Sevilla • 0 Comments
POR ERNESTO LOPEZ DE RUEDA
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(Escuchando de fondo «Stand by me (Rezaré)» de Silvio, en versión instrumental)
Así, en cuanto tuvo uso de razón el abuelo, antes de llegar al siglo XX, le habló su madre. Cariñosa, sabia, eterna… Escuchó aquellas palabras ensimismado. Más cuando su madre le expuso su estirpe:
“Eres heredero de hombres de filigranas llegado de otros lares, de la punta extrema mediterránea y de las tierras ardientes del sur allende el mar; descendiente directo de otros curtidos en el norte; linaje de soldados de escudos y armas que se lanzaron a la conquista de un mundo velando porque en él no se pusiera el sol y de marinos que con sus manos pilotaron naves que doblaron el cabo de Hornos más allá de la Tierra del Fuego y que con sus voces alertaron a la Capitana de la presencia de nuevas tierras y de aviadores que armados de agua y brújula llevaron sus aviones `plus ultra´; de la casa de quienes con sus manos y el pincel dibujaron nuevas realidades; sangre de quienes con sus manos y un cincel modelaron bellezas que perduran al paso de los siglos y que todos los años pasean entre aclamaciones de mi pueblo; del solar de quienes con sus manos y una pluma escribieron palabras que siguen leyéndose más allá de su muerte”.
Revestido de este mandato y responsabilidad aunque todavía sin saber cómo habría de representar ese nombre y adónde debería llegar para proclamarlo y hacerlo saber a los demás, desconocedor de penalidades y vicisitudes, pero presto a la aventura y ansioso de gloria y de conocer mundo en tiempos procelosos como los de aquel cambio de siglo que enfrentaba a gentes y a ideas, recibió las últimas indicaciones:
“no te rindas ante ninguna empresa, para ayudarte hasta el último segundo estarán contigo los hijos de Sevilla, servidores fieles y leales, orgullosos y temibles, pasionales”
Así hizo en sus primeros y titubeantes pasos y continuó haciendo durante generaciones que conocieron inquietudes y desvelos, triunfos y éxito, pesadumbres y desierto sin que abandonaran las fuerzas. Aquellos hijos de Sevilla, familia a familia, padre a padre, hermano a hermano pagaron sus tributos, edificaron nuevas casas para él donde halló refugio, en ocasiones consuelo y siempre consejo. Aquellos hijos lo rodearon y mimaron cuando parecía desfallecer, cuando después de tocar el cielo para escribir en siete letras de oro el nombre de su madre, acarició los suelos.
El abuelo nunca se rindió, no lo educaron en la queja ni en el llanto. Lidió en las peores plazas posibles, repartiendo victorias y derrotas en sus comparecencias. Resurgiendo de una caída en la lona un agosto que pudo tener funestas consecuencias si no hubieran acudido prestos a sus llamada decenas de miles de sus hijos para defenderlo de nuevo, para permitirle que siguiera persiguiendo el sueño de escribir nuevamente con letras de oro su nombre.
Y helo aquí: vigoroso, recio, viajero, titán como Hércules en sus tareas y él en la suya, empecinado y arrastrando a sus hijos al legado de su madre por España y por Europa:
“te llamaré Sevilla y llevarás mi nombre por los siglos, te llamarán sevillano e hispalense y darás un paso al frente”.
Hace 125 años echó a andar. Hoy, como tantas veces, camina, vuela, con osadía hacia lo más alto en la conquista de tamaña empresa, escala entre vítores, empujado por un ejército rojo, por unos sevillanos locos, por unos hijos de Sevilla a quienes las alturas no asustan, a quienes sus miradas delatan: otra vez, a por ella, a por la cuarta. El abuelo, en moto, lleva la delantera, los suyos, los nuestros, en aviones, en pos de alcanzarlo, llega la lucha por la cima, otra vez el vértigo ante un precipicio del mundo, otra vez, Sevilla, con tus hijos, macarenos, trianeros, de San Vicente y San Bernardo, del Arenal y San Julián, de Nervión y el Cerro y de tantos solares y casas palaciegas, de tantas villas y pueblos, con ellos levantando tus viejas banderas y dando vivas a tu madre hasta quedarse sin garganta si no fuera porque cada voz lleva mil voces consigo y porque cuando se consumen todas cantan con el corazón, el mismo que da forma a tu escudo.
Vamos mi niño hoy abuelo, vamos campeón, vamos que te quiero. Por tus hijos, por tus nietos, por la madre que te parió y que te llamó por los siglos Sevilla.
La foto de Fran es tan impresionante….
@NODOSFC