• La normalidad de lo improbable

    by  • 6 mayo, 2015 • Competiciones UEFA, Sevilla • 5 Comments

    (Escuchando de fondo “Vicio” de Reincidentes)

    Las teorías de Amos Tversky (fallecido en el 96) y Daniel Kahneman (premio Nobel de Economía 2002) resultan auténticas piedras filosofales para todos aquellos estudiosos de la psicología económica. Sus estudios son de la más diversa índole, siendo tal vez el más conocido el relativo a la “Teoría de las perspectivas” donde, partiendo de realidades empíricas, se analiza el comportamiento de las personas que, con las posibilidades existentes, toman una u otra decisión teniendo en cuenta los riesgos que eso conlleva. Dependiendo las opciones de éxito que haya y combinando con el gusto/aversión al riesgo del quien ejecuta una decisión, se llegan a distintas conclusiones. Imagino que aplicando las teorías de los profesores Tversky y Kahneman se podría sacar una Tesis doctoral de sumo interés sobre riesgos en toma de decisiones analizando cuántos napolitanos, ucranianos, florentinos y sevillanos ya tienen su billete sacado para Varsovia.

    Otro de sus experimentos sociológicos fue el preguntar a una serie de estudiantes estadounidenses si en un texto escogido al azar había más palabras donde la “k” fuese la primera letra (kangaroo, kitchen) o la tercera (acknowledge, ask). La respuesta fue abrumadora en favor de la primera, pero la realidad es que las palabras con la “k” en la tercera letra eran más. De igual forma, en una segunda prueba leyeron en voz alta el nombre de 19 mujeres muy famosas y 20 hombres conocidos en algunos ámbitos pero menos populares para el gran público. La pregunta fue ¿hemos leído más nombres de mujeres o de hombres? La mayoría optó por la primera posibilidad.

    Analizando ambos errores la conclusión a la que llegaron es que la retentiva es mayor en una cuestión que requiere menor concentración (exige menos esfuerzo recordar la primera letra de una palabra que la tercera) y que nuestro cerebro tiene una especie de “accesibilidad mental” en el sentido que recordamos mejor o nos influye más aquello que nos es conocido o llamativo. Tal circunstancia que conlleva distintas repercusiones positivas (por ejemplo, agilidad mental) también explica alguna connotación dispersa. Y es que uno de los mayores problemas que suscita este ingenuo engaño de nuestra actitud, es la exageración mental que involuntariamente hacemos de la probabilidad de los acontecimientos llamativos.

    Aunque nos parecía improbable repasando nuestro devenir histórico en la segunda mitad del Siglo XX, en puridad no debiera ser tan raro que un club que la dimensión económica del Sevilla se clasificara para una semifinal UEFA de forma puntual. En la última década de competición han sido siete los equipos españoles que han jugado alguna, por lo que el hecho de que el quinto presupuesto económico de una de las ligas potentes lo esté una vez no puede sorprender a nadie. Ya comparecer en dos, si es algo más extraño: en esta década sólo lo han hecho potentes históricos conjuntos como el Werder Bremen, la Fiorentina o el Atlético de Madrid. Estar en tres semis en diez años sólo lo logran entidades de impresionante palmarés: en este caso, el Benfica.

    Contra la Fiorentina afrontamos la cuarta semifinal europea en los dos últimos lustros de competición, honra que nadie ha logrado. Y que un club como el nuestro -seamos serios- consiga tal hito es algo sencillamente increíble; sólo la amplitud de miras que da el paso del tiempo pondrá en el sitio que se merece a esta entidad, a sus futbolistas y cuerpo técnico, a su clase directiva y a su afición, cada uno en su parcela piezas claves en la consecución de la gloria. Este Sevilla que guardó en el baúl de los recuerdos su época grisacea para desempolvar su Gen de Campeón ha conseguido que veamos como normal aquello que se antojaba improbable. No es ya jugar una semifinal europea. Ni dos ¡Ni tan siquiera tres! Es que, piénselo, es la cuarta. Párese un momento y reflexione sobre el momento absolutamente histórico y descarnado con nuestro sentimiento que estamos viviendo: estamos en la antesala de otra noche mágica en Nervión donde, por cuarta vez, sólo nos restan un par de pasos para que todo el orbe futbolístico vuelva a colocar en el mapa a esta maravillosa ciudad del sur de Europa por el equipo que lleva su nombre. Porque eso otra; el Sevilla Fútbol Club no juega la UEFA Europa League, el Sevilla Fútbol Club la disputa. Y es que, desde que le dimos el primer beso, tenemos vicio de UEFA. Sólo los que hemos sido llamados a saborearlo sabemos qué tiene para volvernos loco. Somos Reincidentes con el Vicio. Somos el Campeón al que hay que abrir paso sólo por su mera presencia. Éramos el que “dicen que nunca se rinde” y ahora somos el que “saben que nunca se rinde”. El que hace temblar aficiones contrarias en sorteos cuando sale su bola e Infantino no ha sacado todavía la del Sevilla. Somos el equipo que nunca nadie puede mirar por encima del hombro por tener más Copas que él. En esta, nuestra competición, tenemos la fuerza de la que nos inviste nuestra coraza de campeón. Y lo saben. Y lo sabemos.

    Aprieten, pero sueñen. Exijan, pero gocen. Enloquezcan, pero sonrían. Animen, pero disfruten. Disfruten mucho. Intenten no caer en el sesgo mental demostrado por los experimentos de los profesores Tversky y Kahneman. Porque para un club como el nuestro, el jugar una semifinal europea es un acontecimiento tan llamativo como improbable en su esencia así que, por mucho que sea recurrente en estos años, no lo lleven a lo normal en su mente y disfruten con este momento histórico, único, inenarrable, de vicio total europeo que tenemos. Lo que nuestros corazones sevillistas están viviendo es una auténtica locura y ni por un momento bajen el pistón, así que preparen su garganta con la fuerza de la primera vez y la sabiduría de la experiencia. Y el jueves porten su bandera con la humildad del que no ha hecho nada pero con la convicción del que sabe que nunca se va a rendir.

    #Nervionhastalabandera

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    5 Responses to La normalidad de lo improbable

    1. Alfonso Ramos
      6 mayo, 2015 at 12:17 pm

      Genial, amigos.
      Y es que nos pasamos la vida persiguiendo la felicidad sin darnos cuenta de que somos verdaderamente felices persiguiéndola.

      A POR ELLOS.

    2. Félix
      6 mayo, 2015 at 11:26 pm

      Alvaro, preséntalo al premio nacional de periodismo. Creo que te lo llevas de calle…Sublime, maestro!!!

    3. Alvaro
      7 mayo, 2015 at 6:34 am

      Muchas gracias, amigos, por vuestros cariñosos y exagerados mensajes.

      Llegó el día (otro más) donde lo improbable se vuelve normal. Nuestro Sevilla juega unas semis europeas

      ¡VAMOS!

    4. 7 mayo, 2015 at 10:58 am

      Sublime, Alvaro. No sé si estoy más nervioso que orgulloso.
      ¡Suerte! Un abrazo.

    5. G. Gentil
      7 mayo, 2015 at 2:40 pm

      Creo sinceramente que debías presentarlo al premio que saca el Sevilla F.C. para periodistas, es un artículo redondo.

      Vamos, vamos

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