• Steve Mokone. La superación del Apartheid (II)

    by  • 17 octubre, 2014 • El Trinche Carlovich, Fútbol, Historias • 2 Comments

    Escuchando de fondo «Huracán Carter» de Bob Dylan

    (viene de aquí)

    El Barça ficha a Steve Mokone en una operación que no hay por donde cogerla. Primero porque aunque había demostrado cosas en Holanda no es un futbolista con un curriculum como para que lo fiche el F.C.Barcelona. Y segundo, porque el fichaje de extranjeros estaba prohibido en España desde hacía varios años, aunque es cierto que, entre oriundos, extranjeros que ya estaban y cierta laxitud (sobre todo si venían de países comunistas), en todos los clubes había foráneos. Aquí pueden ver que en la plantilla del Barça de 1.960 había hasta siete jugadores de nacionalidad distinta a la española. El caso es que según la versión del propio Mokone, el club catalán tenía cubierto el cupo de extranjeros, por lo que no puede enfundarse la blaugrana terminando cedido esa temporada al Olympique de Marsella donde tampoco juega ni un partido. De hecho, compagina los entrenamientos con un trabajo en una fábrica de botas de fútbol. Tras un fugaz paso por el Barnsley (donde conoce a Joyce Maaga, enfermera sudafricana residente en Inglaterra, con la que se casa tras un rápido noviazgo), es cedido unos meses….a Rodhesia (actual Zimbabwe) cuya liga nacional, precisamente, tuvo su primera edición en ese año. En dicha liga menor, rinde a muy alto nivel en el Salisbury con el que queda subcampeón del torneo.

    En 1.962 otro fichaje extrañísimo ya que firma nada más y nada menos… que por el poderosísimo Torino. En el siguiente enlace a la hemeroteca de El Mundo Deportivo, vemos como formaba parte de dicha plantilla. En el primer partido de la pretemporada, el Toro le gana 5-2 al Hellas Verona, marcando Mokone ¡los 5 goles!. Tras ello, se embarca en la gira que el equipo italiano realiza por Rusia y marca un golazo en el festín que se dan en Kiev (0-3), empezando la sensacionalista prensa a definirlo como «El nuevo Eusebio». Para los ojos del periodista italiano Beppe Branco,«Si Pelé es el Rolls-Royce, Stanley Matthews el Mercedes-Benz y Alfredo di Stefano el Cadillac de los jugadores de fútbol, el sudafricano Kala es esbelto como un Maserati «. A pesar de  todo esto, en el Torino ¡no juega ni un partido en toda la temporada! No me negarán que estamos ante uno de las carreras deportivas más raras en la historia de un futbolista.

    Como el lector habrá reparado, no hay la menor duda de que Steve Kalamazoo Mokone fue un gran futbolista y, sin duda, una persona absolutamente maravillosa que consiguió un hito importantísimo en la lucha contra el racismo. Desafió el autoritario poder establecido y, con su arte, luchó por la igualdad. Abrió el camino para muchos por lo que su simbología debe ser elevada a los altares no ya del fútbol, sino de la vida. Pero, en este afán de ensalzar su figura (como digo, estamos ante un personaje histórico extraordinario) creo sinceramente que se ha ornamentado la realidad en exceso de forma innecesaria. Ha sido éste un artículo complejo por la dificultad de separar la paja del grano. Aunque se dejan entrever cosas en el escrito, una prueba más de todo esto la encontramos en el hecho que, según muchas webs, su siguiente equipo fue…. el Valencia. Es más: hablan de que Mokone jugó con esa temporada en las filas del Valencia y que nada más y nada menos, en algunos sitios he leído que no sólo jugó contra el Santos de Pelé, sino que encima marcó un gol. Y, aunque es verdad que hubo conversaciones y que parece que estuvo entrenando un tiempo con el Valencia, no jugó contra el Santos. Cierto es que Pelé jugó dos veces contra el Valencia en esos años, pero ni aquí ni aquí aparece Mokone en las filas chés. 

    Su siguiente y último equipo supuso darle la vuelta al mundo. De España a las antípodas ya que, Dios sabe como y porqué, pero se marchó a Australia, enrolándose las filas de Sunshine George Cross donde jugó dos temporadas, la última ejerciendo también labores de entrenador. Tras ello, emigró a Canadá y de ahí a EEUU para terminar sus estudios. A pesar de criarse en las condiciones de un hombre de color en la Sudáfrica de los 40, hemos visto como Mokone tenía una buena base académica por lo que, no sólo se graduó en Psiquiatría, sino que acabó sacándose el Doctorado, ejerciendo de profesor asistente en la Universidad de Rochester. A mediados de los 70, era una persona feliz, activista a favor de los derechos de los de su raza y contrario a la Guerra de Vietnam, como pacifista convencido. Hasta que la tragedia llegó a su vida. Se divorció de su esposa, quedándose el Doctor Mokone con la custodia de la hija. Pero si como cualquier separación con menores de por medio suele ser traumática, lo que vino después fue simplemente una tragedia de proporciones inesperadas. Siéntense.

    Sin entrar en escabrosos detalles: su (ex) mujer, Joyce Maaga fue brutalmente asaltada a los pocos días de finalizado el juicio. Al poco tiempo, su abogada también fue agredida hasta el punto de perder la visión de un ojo. Stephen Madi Mokone fue llevado a juicio y condenado a 12 años de cárcel. Salió de la cárcel en agosto de 1.990.

    (foto de Tom Egbers en su perfil de twitter @primadeluxe)

    Tom Egbers es un periodista y escritor holandés, nacido en Almelo y seguidor del Heracles, categorías inferiores donde incluso militó. Nació en el año mágico del 57, el del ascenso. Su padre lo llevaba al fútbol y, de pequeño, le contaba las historias de aquel glorioso Heracles de Mokone por lo que decidió buscar e investigar sobre su vida para escribirla. En el año 95 salió el libro “De Zwaarte Meteoor” (El meteoro negro), y en el 2.000 se hizo la película. El libro pretendía ser cariñoso y entrañable, salpicado de anécdotas. Pero resulta que Egbers descubrió algo extraño y decidió hurgar. Egbers escribió un spin off llamado Twaalf Gestolen Jahre (Doce años robados) en 2002.

    En dicho libro, Tom Egbers plantea muchas dudas en el proceso y juicio a Mokone. Partiendo de la base de que si el doctor se había quedado la custodia de la hija no había móvil de venganza para las agresiones ni a Joyce ni a la abogada, no tenía pies ni cabeza que Mokone obrase de aquella despiadada forma. Investigando, según Egbers, hay hechos que pueden instar a pensar que todo fue una trama urdida por el Apartheid (todavía muy poderoso en la década de los 70 y los 80) en connivencia con una facción de la CIA. Desde las agresiones hasta la invención de pruebas y el juicio, todo pudo ser un ardid. Efectivamente el móvil fue la venganza; pero la venganza del Apartheid sobre Mokone. El joven Steve había mostrado el camino de la superación a los de su raza y había osado cuestionar el sistema existente en Sudáfrica. Y pagaría por ello. Con 12 años de cárcel por un delito que jamás cometió.

    Probablemente, la realidad de lo sucedido nunca se sabrá. Steve Mokone dice que él era inocente y que pasó en la cárcel 12 años de manera injusta, aunque en el juicio se declaró culpable (quien sabe si por estrategia procesal)

    Steve Kalamazoo Mokone, tiene 82 años y reside en EEUU, prácticamente recluido por sus problemas de salud (principalmente coronarios) que le hicieron pasar por el quirófano hace unos años. Dirige la Kalamazoo South African Foundation (creada en el 96) y en 2003 recibió la medalla de oro de la Orden de Ikhamanga, la mayor distinción del Deporte y las Artes al País.

    (www.soccerladuma.co.za)

    Reconocimiento y honor eterno a esos personajes secundarios que desde su humilde campo de actuación (en este caso, el fútbol) ayudaron a superar la miseria humana.

    @EltrincheCarlov

    About

    2 Responses to Steve Mokone. La superación del Apartheid (II)

    1. Luisa
      21 octubre, 2014 at 10:50 am

      Me he acordado de otro negro que también cabreó, y mucho, a otros racistas: Jesse Owens y sus oros en Berlín en 1936. ¡¡Careto que debió poner Adolf!!

    2. Eugenio el de los chistes
      21 octubre, 2014 at 11:53 am

      Preciosa historia, Álvaro. Gracias. Felicidades.

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *