• El necesario fin del crecimiento empobrecedor

    by  • 27 mayo, 2014 • Economía, Fútbol, Sevilla • 7 Comments

    (Escuchando de fondo «Castle made of sand» de Jimi Hendrix)

    Es imposible que uno valga para todo. Es imposible hacer todo bien. Andrés Iniesta es un mago del balón que hace que cada vez que juega al fútbol convierte este deporte en una fiesta, pero eso no significa que el muchacho sea unas castañuelas. Decir que yo no dejaría la animación de una fiesta en manos de Iniesta, no es despreciarlo. Es, simplemente, que uno no puede pretender acertar siempre ni valer para todo.

    El Sevilla FC estaba en una situación de quiebra técnica. Ni para balones y refrescándose los jugadores con con agua del grifo. Pero poco a poco se fueron sentando las bases desde un trabajo sólido, serio y profesional donde los señores Alés, Rodríguez Verdejo, Caparrós, Ramos, Cruz o Del Nido fueron, cada uno en su estilo y con su parte de responsabilidad, los que encabezaron esa revolución sevillista que partió de la tierra quemada más absoluta que había a finales del S.XX a la gloria deportiva que culminó en 2007. A partir de ahí, imagino que a nuestra cúpula directiva se le planteó un bendito problema: señores, estamos arriba y la dimensión del club ha cambiado ¿Qué hacemos ahora? ¿Qué queremos hacer? Y, lo más importante ¿Cómo debemos hacerlo? Digo que esto último era lo más importante porque si tú quieres alcanzar una meta, es imprescindible coger la ruta adecuada. La respuesta a las dos primeras preguntas fue clara y resumida en el famoso “quiero un Sevilla donde una derrota genere una crisis”. Algunos han tergiversado esto, dedicándose a la compra de bonos catástrofes sevillistas , pero bueno, obviemos esa cuestión ahora. El problema fue la tercera de las cuestiones ya que el camino escogido para responder la mencionada pregunta fue radicalmente equivocado. Ese ramillete de decisores que desde su segmentada parcela coadyuvaron a alcanzar la cima, adoptaron una senda que ya no pudo ser más errónea. Y no por mala fe ni nada de eso. Es, simplemente, que uno no puede pretender acertar siempre ni valer para todo.

    (LPM)

    El camino adoptado fue erróneo. Y el Sevilla FC SAD y el sevillismo (hablo desde la generalidad más amplía posible) caímos en “La trampa del crecimiento empobrecedor”.

    Jagdish Bhagwati, economista de origen hindú y profesor de la Universidad de Columbia, ha sido el principal estudioso de esta tesis. Su idea es demostrar como cuando países intentan crecer mediante una vía, al poco tiempo terminan en una situación peor a la que se partía de base. Se produce la paradoja que al crecer propicias pobreza. Principalmente esto ocurre cuando intentas exprimir tu filón, obviando situaciones adyacentes imprescindibles para construir un crecimiento de forma sólida. Un ejemplo: imaginemos que un país africano vende 100.000 unidades de un determinado marfil de elefante puro por 1.000 euros. La venta es un éxito por lo que decide incardinar su crecimiento en la venta de ese marfil y decide sacar al mercado 500.000 unidades por 2.000. Pero resulta que al crecer la oferta el precio baja mucho, hasta el punto que no saca más de 300 euros al final por pieza. En resumen, ese intento de crecimiento fue paradójicamente contraproducente porque las reservas se agotaron antes de lo previsto y se sacó mucho menos de lo que se hubiera sacado si el marfil se hubiera vendido de forma sostenida.

    Un ejemplo real de todo esto lo tienen en la creación del ferrocarril en Panamá en el S.XIX. Lo que iba a ser un signo de prosperidad, crecimiento y empleo para el país, terminó degenerando en una situación peor de la que había ya que los que trabajaban con mulas o descargando se quedaron sin trabajo y, además, hubo que empezar a comprarle carbón o rieles a EEUU. Pero es que, incluso, para algunos historiadores ese “crecimiento empobrecedor” originado por el ferrocarril panameño derivó en una guerra. Para amantes de las anécdotas históricas entretenidas y, ahora que llega el tiempo de esta fruta, pueden echar un vistazo a la tajada de sandía.

    En nuestro Sevilla pasó algo parecido. Las vitrinas hasta arriba y los ingresos entrando a espuertas. Momento de crecer, por lo que se plantearon las tres preguntas ¿Qué hacemos ahora? ¿Qué queremos hacer? Y, lo más importante ¿Cómo debemos hacerlo? Y aquí es donde en mi opinión se cometieron muchos errores. Se partió de una visión cortoplacista y se demostró que esa forma de crecer era parecida al “Castillo fabricado de arena” de Hendrix que suena de fondo.

    Desgraciadamente, en mucho de lo que nos veíamos venir, acertamos. La crítica no era gratuita.

    ¿La situación deportiva? Aquel equipo campeón era una explosión de fútbol, por lo que los rescoldos de Palop, Navas, Renato, Kanouté, Escudé, Alves, Luisfa, etc (anda que no he dicho nada….) te daba para tener resultados mientras los terminabas de amortizar, pero poco más. La realidad es que en el siguiente lustro ni crecimos, ni siquiera nos mantuvimos. Se le empezó dando las riendas al que andaba por allí, antagónico en su ideario de fútbol con lo que había, limitado de recursos, tremendamente contestado por un sector importante de la grada, con escasa vis empática, y que cumplía perfectamente su papel de parapeto ideal de críticas. Aquello, que se veía de lejos que a la larga no iba a ningún lado, desembocó en un carrusel alocado de inquilinos en el banquillo que hizo que el equipo no se despeñase del todo (si no se llega a cesar a Míchel, tal vez hubiera pasado), pero dos novenos consecutivos son el dato objetivo de la catarsis.

    ¿La situación económica? Pues del taco riguroso se pasó a la economía de guerra. Cómo sería la cosa que en la Junta de Accionistas de 2012 se produjo el inédito hecho de entrever que en el verano estaba todo en venta. Todo. Se tuvo que activar un crédito fiscal para presentar “sólo” quince millones de pérdidas y hubo que tirar hasta de prestamistas, aunque en algún caso ese apalancamiento financiero no nos fue mal. Si el Sevilla suele históricamente vender uno de sus buenos «pisitos» de vez en cuando para subsistir (Zamorano en el 92, Suker en el 96, Reyes en 2004, Baptista en 2005, Ramos en 2006…) en el verano de 2013 vendimos la inmobiliaria entera. El personal pensando que se iba a traspasar a Negredo para cuadrar números, y resulta que se vende a Negredo, Luis Alberto, Navas, Kondogbia, Campaña, a Medel y no se vende el mosaico de Santiago del Campo que hay en preferencia porque no hubo ofertas. Salvo que alguien me corrija, debe ser la primera vez en la historia que un equipo que queda el noveno vende por 100 millones de euros.

    ¿La situación social? Pues sólo hay que ver como la asistencia al estadio decayó. Y no porque el sevillista estuviese falto de hambre, como de forma torticera intentaron contarnos para eludir responsabilidades. Es que lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. Falta de feeling, la incapacidad para asumir críticas y responsabilidades, el echar sistemáticamente la culpa al empedrado y unos precios desmedidos fueron la clave. Como yo he conseguido llenar las vitrinas y como decía Andrés Montes hablando de Shaq, adopto “la política del artículo 34”: hago lo que quiero, como quiero, cuando quiero y lo que me da la gana. Y te subo un 40 % los abonos, pero digo que la culpa es del IPC atomizado. Este tema se trató en “la falacia del hambre”

    Y encima, en el verano de 2013, el capitán de la nave se ve obligado a dejar el barco. El club tiene que reinventarse

    En estas se cree en Unai Emery y se le pone al mando de un proyecto a tres años. Un hombre serio, trabajador, honrado y que gustará en su fútbol y formas más o menos, que tendrá sus cosas, pero que de esto sabe tela. En el Sevilla se pasa de justificar la pérdida lastimosa de una eliminatoria diciendo que “el balón parado no se entrena” a ser el equipo de la liga más trabajado desde el punto de vista de la pizarra.

    En estas, donde antes se gastaba 9 en Chevantón, ahora se gastan 8 en Bacca. Donde se gastaban 8 en Acosta, ahora se gastan 7 en Gameiro. Donde se gastaban 8 en Mosquera por la mitad te traes a Carriço y Pareja. En 2013 dejan de venir los Stevanovics y vuelven los Vitolos. El león cumplió con aquello que pedíamos y el mono escribió las obras completas de Shakespeare

    En estas el club pasa a una línea editorial donde cualquier opinión es acogida sin ningún tipo de problemas. Se pasa de lo agrio al cariño. De lo unidireccional a la pluralidad. De machacar al crítico a acoger sin ambages a todo el que siente como tú. Este año, más que nunca, en los momentos malos se escucharon muchas voces desde la radio oficial pidiendo el cese del entrenador. Y nadie insultó a nadie por ello ni se calificó su sevillismo. Y la gente, claro, lo palpa y arropa al equipo por millares ya sea en Turín, Estoril o Granada.

    P1060492 - copia

    (De esta foto no pongo enlace, ya que la hice yo mismo)

    Este Sevilla ha iniciado un camino y los principios han sido de matrícula de honor. Una entidad en regeneración, que después de quedar el noveno vende todo lo vendible para sanearse económicamente y que, en un año de los que se suele denominar como “de transición” y como el primero de un bloque de tres se clasifica para Europa con la gorra y alcanza la gloria en la Europa League. Increíble. Que coño matrícula de honor. De 14 sobre 10 todos.

    Sinceramente yo, aunque soy un optimista recalcitrante, no pensaba que se nos fuera a plantear otra vez esta cuestión en tan corto intervalo de tiempo. Pero la realidad nos ha colocado en puertas del verano 2014 con la mismas preguntas. ¿Qué hacemos ahora? ¿Qué queremos hacer? Y, lo más importante ¿Cómo debemos hacerlo?

    ¿Quo vadis, Sevilla?

    En sus manos está. Lean al profesor Bhagwati, aprendan de los errores (que los hubo y lo saben) y aprovechen que el destino y el trabajo nos/los ha colocado aquí.

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    7 Responses to El necesario fin del crecimiento empobrecedor

    1. 27 mayo, 2014 at 6:50 pm

      ¡¡Que grandísima entrada, Álvaro!!

      Muy de acuerdo con tus reflexiones, solo que hay que tener cuidado también pues a nosotros este año la moneda nos ha salido cara… pero bien podría haber salido cruz, no hay más que fijarse en el vecino de enfrente.

      Sinceramente yo espero y deseo que puedan aguantar al grueso del equipo titular este año, aunque la verdad es que cada vez que vendemos la cosa sale mejor, si en 2005 fueron Sergio Ramos y Baptista y ganamos la UEFA este año han sido Navas y Negredo y hemos vuelto a ganarla, en ambos casos de manera completamente inesperada. En el 2007 (el año después de la UEFA del 2006) se logró mantener el bloque y simplemente se apuntaló con el resultado que todos sabemos, por lo que yo creo que el Sevilla, en la medida de lo posible, debería aprender de aquella experiencia e intentar repetirla… quien sabe, a lo mejor se vuelve a aquellos derroteros. Las similitudes son muchas.

    2. 27 mayo, 2014 at 8:07 pm

      Muy bueno artículo. Álvaro.

      Espero que en esa nueva etapa, la cúpula del club sepa contestar adecuadamente a las tres preguntas que planteas, porque de su respuesta depende el futuro inmediato del club. Vuelta a las andadas o crecimiento absoluto del club. Quiero creer que no van a volver a tropezar en la misma piedra.

    3. Alvaro
      27 mayo, 2014 at 10:40 pm

      Muchas gracias a ambos

      Yo no pido que se llenen las vitrinas como aquella vez. Eso pasó, nosotros lo vimos, nadie nos lo contó, pero que se repita no es lo que debemos esperar. Lo que debemos esperar es que el club se consolide del todo y que proponga y ejecute un crecimiento sostenible que impida los bandazos y huida hacia adelante que desde distintos puntos se llevó a cabo.

      El momento ya no puede ser más ilusionante. Desaprovecharlo otra vez sería para matarnos.

      Saludos, amigos

    4. 27 mayo, 2014 at 11:03 pm

      Alvaro el comienzo del artículo es magnífico, los que somos ignorantes en materia económica, a veces, no caemos en la cuenta que toda estrategia empresarial necesita una hoja de ruta que alguien, algún departamento, debe estudiar, proponer y unos dirigentes aceptar. Me parece muy oportuno tu «decíamos ayer» y retrotraernos al verano de 2006. Es más, espero que los que ahora dirigen el club hayan hecho el mismo ejercicio de memoria que tú has hecho, para no volver a cometer los mismos errores. Y si no lo han hecho espero que alguien les haga llegar el artículo

      Otra cosa es, y sabes por donde voy, que barras para casa, bueno mejor para Hondarribía y lo que te rondaré….. pero en el fondo, te quiero igual.

    5. Gonzalosevilla
      28 mayo, 2014 at 12:44 am

      Lo que pides es un imposible. Acertar siempre. Imposible. Yo creo en el método de trabajar de este Consejo que me ha llevado a la gloria 9 veces ya (casi mas orgulloso estoy de «mejor equipo del mundo» 2006 y 2007, que de los otros 7 títulos). Y el mismo método nos llevó a fichar a Kanouté y a Lautaro, a Bacca y a Koné, a Escudé y a Mosquera. El mismo equipo de personas, el mismo método. Y todo ello no exento de riesgo. No podemos exigir 100% acierto. No es posible. Sigo creyendo en Del Nido y en Monchi. Sigo creyendo en el Consejo (Castro aún no ha hecho nada).

    6. Josele
      28 mayo, 2014 at 9:45 am

      El análisis que se hace en el artículo parte de cierta verdad, pero sólo de una parte de la verdad.

      Un análisis simplista nos permitiría quedarnos ahí y dar por bueno pulpo como animal de compañía. Pero no, no estamos locos, sabemos lo que queremos … Y no, no es que la alegre pandilla dirigente se hubiera vuelto loca de repente a juzgar por su estúpida sonrisa, es que sabían lo que querían. No es que Monchi y cia no conociesen el nivel de Mosquera o Estevanovic, es que …

      Y como el agua llegaba al cuello … tatachán … repentinamente, plis, plas, vuelven los conocimientos de fútbol a la secretaría técnica.

      Como diría Sandro Rosell: el negosí es el negosi y Nike amaba al barca desde shiquetito.

      Qué le vamos a hacer si las SAD son los que son y no hay más que ver lo honrado y buena gente que es Florentino I de Madrid.

    7. 28 mayo, 2014 at 4:15 pm

      Da gusto leerte. Pero me gustaría que en este caso no fuera el aficionado de calle el que te leyera sino otros con mas responsabilidades. Quien sabe, lo mismo hasta te leen. Un placer, como siempre.

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