Lienen: fútbol de bigotes y de machotes
by alvayanes • 16 mayo, 2013 • El Trinche Carlovich, Historias • 11 Comments
(Escuchando de fondo Mi Bigote de Los Salvajes. Y cuando termine Odio eterno al fútbol moderno de FRAC)
POR EL TRINCHE CARLOVICH
Cualquiera que lleve unos veinte años viendo fútbol sabe que el rollo ha cambiado, no digo ya las tácticas, algunas reglas, los sistemas de juego, los sueldos o la manera de administrar los club, me refiero fundamentalmente al principal actor de este juego: el futbolista. Los jugadores de hoy en día son unas mariconas, no es una opinión, es un hecho, resulta casi imposible imaginarse a uno de los astros que acaparan los focos mediáticos de hoy en día en un campo de albero dándole cabezazos a un Mikasa. Podríamos dudar y pensar que hace veinte años para unos chavales de diez u once años era lógica la percepción de jugadores de 28 o 29 primaveras como señores hechos, derechos y respetables, pero si hoy día observáramos una foto de Bastón, aquel mítico cancerbero del Burgos; de Carmelo, el Beckenbauer de la Bahía; de Martagón posando gallardo en una alineación inicial; de Sandokan Juan José o del incombustible (y no suficientemente reivindicado) Tato Abadía, esta duda quedaría rápidamente disipada: No somos nosotros, son ellos.
El fútbol se ha convertido en un deporte muy metrosexual y si a ello le unimos la paulatina reconversión de los gimnasios de máquinas de fabricar amantes del Aikido y Tai Dó a máquinas de fabricar especímenes perfectamente dotados para participar en cualquier tipo de debate que se precie a lo ancho y largo de la parrilla de Tele 5, nos encontramos con un mundo donde nos dominan hordas de ex imitadores de Beckham que ahora se depilan las cejas y se peinan a lo CR7 y comentan entre si el nuevo peinado de Sergio Ramos. Con lo tierno que resultaba decirle de chiquitito a tu madre “mamá, yo quiero pelarme como Polster” mientras ella te imaginaba horrorizada y lo comunes que eran antaño futbolistas con una buena mata de pelo a lo afro como Valderrama, con bigote de casanova a lo Rudi Völler, con un nivel de vello facial de combinación imposible como Higuita, presenciar selecciones completas de soldados preparados para una guerra del cuerpo a cuerpo como la Bulgaria del 94 (capitaneada por una ceja que controlaba el cuerpo de Levkov y secundada por el siempre recordado -y bello de corazón- Triffon Ivanov) o estrafalarias equipaciones noventeras como las que gustaba lucir a aquel portero/delantero al que jamás vimos actuar como punta, el mexicano, Jorge Campos. Hoy en día todo esto se acabó. Los profesionales del fútbol ya no tienen pelos en las piernas (¡¡ninguno!!), las melenas desbocadas brillan por su ausencia y el bigote es una especie en extinción desde que Sánchez Jara decidió colgar las botas. Lo máximo que podemos encontrarnos hoy en día es alguna barba bien cuidada y recortada, alguna fantasía imposible capilo-facial y sobre todo mucho pelito de punta, mucho Patrico, mucha colonia y muchos productos de higiene completamente prescindibles para una actividad deportiva que si se realiza con el suficiente esmero va a producir que sudemos y nos pongamos hechos unos cerdos. ¿Cómo es posible que hace tan solo dos décadas jugaran en la Liga Gorriz, Biurrún, Andrinua, Rafa Paz, Sañudo De la Fuente o Diego y hoy en día es imposible encontrar a algún futbolista que simplemente parezca capaz de talar una secuoya californiana? ¿A qué punto hemos llegado cuando lo más rebosante de testosterona que se presenta a un Mundial es la fácilmente-identificable-jugador-por-jugador, selección de Corea del Norte?
Pues si esto era hace veinte años, imagínense hace treinta. El tipo de jugador de hace treinta años directamente se ha extinguido, por eso en la actualidad no puede dejar de sorprender lo que le aconteció al protagonista de esta historia, el gran Ewald Lienen.
Desde muy pequeño Ewald mostró un carácter distinto a los demás chicos, su madre, muy seguidora de las últimas tendencias en peluquería, gustaba de peinar a su chiquillo con un look muy en boga entre el artisteo de por aquel entonces como era el pelado a lo mullet, es decir, melenita por detrás y cortito por delante lo que conllevaba el vacile de los churumbeles del barrio pidiéndole que les cantara por Canelita, pero madre no hay más que una y ésta sabía que de esta manera el pelo iba acorde con los tiempos y no le molestaba a la criatura cuando practicaba su deporte favorito, por eso él confío en ella e hizo caso omiso a las habladurías. A los 13 años las hormonas empezaron a hacer sus primeras apariciones en el cuerpo del bueno de Lienen, lo que le valió para que sus amigos le pusieran el sobrenombre del «pelusa», pero no para equiparar sus habilidades futbolísticas a las de Maradona, si no por el incipiente bigote que empezaba a asomar sobre sus labios, lo que lejos de molestarle le hacía sentir más cercano a sus grupos de heavy metal favoritos y tremendamente orgulloso de su condición viril, razón de peso para decidir que no se afeitaría mientras practicara su afición favorita y le hizo no achantarse ante nadie al forjar una inquebrantable personalidad a prueba de bombas, razón por la cual a algunos no le sorprendió en demasía lo acontecido la calurosa tarde del 14 de agosto de 1981.
Se enfrentaban el Werder Bremen contra el Arminia Bielefel y Lienen estaba siendo de los más destacados del partido. Se sentía a gusto aquella tarde, defendía y atacaba a partes iguales emulando la conducción de balón que había visto de joven en televisión a su ídolo Beckenbauer y volviendo locos a los jugadores del Bremen. Su equipo lo sabía y había que aprovechar el especial estado de gracia de su hombre más en forma así que en el minuto 18 de partido, tras una jugada de ataque del Werder Bremen, el portero lo buscó y le lanzó el balón con la intención de que realizara alguna diablura que acabara en gol. Lienen controló el esférico, encaró la portería y se disponía a hacer historia pero no contaba con que la defensa rival, harta de la exhibición de poderío que estaba realizando el alemán, ardua de venganza y con una falta total de deportividad se propuso cazarlo y parar de una vez la sangría que nuestro señero amigo estaba realizando en la defensa contraria. Norbert Soegmann salió a su búsqueda, se desentendió en absoluto de la pelota y plantilla arriba le hundió los tacos con total alevosía en el muslo, derribándolo y dando lugar a una de las imágenes más espeluznantes de la vetusta historia del balompié:
Si esto sucediera hoy en día, el jugador dañado se rebozaría en el suelo como una croqueta en un duro trance pre-mortem, esperando a las asistencias sanitarias mientras sus compañeros piden la tarjeta roja para el rival, pero Lienen estaba hecho de otra pasta. Verde y vegetariano convencido (en 1987 fundó el Die Friedenliste –La Lista de la Paz- una organización pacifista que se presentó a las Elecciones Europeas), detractor de la fama que rodeaba al fútbol (se negaba a firmar autógrafos) y de fuertes convicciones políticas (Fue fundador del sindicato de futbolistas alemanes y se decía que estaba afiliado al Partido Comunista alemán, lo que unido a su apellido le valió el apodo de Lenin), su carácter semiespartano no podía al alcanzar a comprender una acción tan cobarde de un semejante, por ello en cuanto fue consciente del alcance de la patada, aun con la pierna abierta en canal y el hueso asomando se levantó encorajinado y con fuego en los ojos fue a pedir oportunas explicaciones tanto al árbitro (que tan solo sancionó tan brutal acción con una tarjeta amarilla), como al entrenador rival, Otto Rehhagel al que empujó en reiteradas ocasiones mientras los miembros del staff técnico se llevaban las manos a la cabeza cuando veían la raja que tenía en la pierna.
Finalmente, el siempre ejemplo de pundonor Lienen, tuvo que dejarse aconsejar, tras minutos de caliente discusión, por los médicos del club y a pesar de su voluntad de seguir jugando para guiar a su equipo a la victoria cual Oliver Attom en la final contra el Tohu, se retiró en camilla maldiciendo a todos aquellos que le habían impedido terminar con matrícula de honor el desarrollo de su trabajo, pero su salida del campo maldiciendo a todos los que habían perpetrado aquel despropósito quedó grabada en la retina de todos los aficionados que se dieron cita aquella calurosa tarde de verano.
El partido por cierto lo ganó 1-0 el Werder Bremen con gol de Meier en el minuto 54 (Otro gallo hubiera cantado si hubieran dejado a Lienen sobre el campo) Otto Rehhagel fue acusado como instigador de incitar el juego duro de sus pupilos y la caza y captura de nuestro héroe en aquel partido lo que comportó una exacerbada polémica en la época, tanto que llegaron a amenazarle de muerte y tuvo que acudir a los siguientes partidos con un chaleco antibalas. En cuanto a la lesión, 23 puntos fueron necesarios para cerrar los casi 30 centímetros de herida en la pierna, pero no se vayan a creer ustedes que para un HOMBRE como éste eso iba a suponer un periodo de baja prolongado, exactamente a los 17 días de la entrada Lienen estaba de nuevo sobre un campo de fútbol en lo que es todo un ejemplo de cojones y pundonor.
Ewald Lienen prosiguió su carrera como jugador y posteriormente como entrenador, fue segundo de Jupp Heynckes durante su etapa en el Tenerife y primer entrenador de los canarios en 2002, inculcándole al club insular una casta y un coraje que aun hoy en día se recuerdan por las Islas. Su último equipo ha sido el AEK de Atenas de donde fue destituido hace escasamente un mes cuando se encontraba a un solo punto del descenso.
Aquí podéis ver el video de la jugada completa
@EltrincheCarlov
Gracias al autor por contar semejante historia y por como la cuenta. Es brutal la imagen y, sin duda, de las que impresionan al que no conozca el caso.
Tras la leyenda del negro jefe en el Maracanazo y la surrealista vida de Robin Friday, llega la historia de Lienen y la salvaje entrada que recibió. Tres historias distintas de tres autores distintos, cada una en su estilo, pero todas absolutamente maravillosas. Creo que no tuve mala idea cuando aposté por la sección de El Trinche Carlovich….
Un abrazo al autor y muchas gracias una vez más por el articulazo
Es curioso que hoy también nos ha dado a nosotros por hablar de los antiguos hombres de fútbol rudos y varoniles:
http://colussoscontrakukletas.blogspot.com.es/2013/05/antonio-tenorio-martinez.html
Lo más parecido al futbolista antiguo hoy día, pese a carecer de vello, es Iniesta. De un pueblo perdido de La Mancha, bajito, blanco lechoso, no muy agraciado, con alopecia temprana…y ahí está el colega, héroe nacional.
Lienen es ídolo absoluto. Le faltó poco para arrancarse la pierna y pegarle mamporros con ella a todo el que le tocara sus inmensos cojones. Lo que me flipa es que, hueso al aire y todo, sólo fuera amarilla. ¿La entrada la hizo el Fernando Hierro teutón o qué?
Por cierto, yo vi jugar a Jorge Campos de delantero en la liga mexicana en los tiempos en que tenía Galavisión.
Vaya nivelito que está cogiendo este blog, hamijos.
¡Viva el macho hirsuto! Para lampiño sólo el balón 🙂
Espectacular una vez más.
Conocía el vídeo de la terrible entrada, pero nunca supe (hasta hoy) quién era su protagonista.
Felicidades al autor.
PD: ·Los jugadores de hoy en día son unas mariconas, no es una opinión, es un hecho».
Lo que es el destino, en un lugar del mundo el Trinche Carlovich habla de un jugador varonil y vigoroso y en otro sitio se retira del fútbol Beckham, quizás el que comenzó todo esta transformación…
Me pasa como al amigo Joaquín, conocía la entrada pero no la historia. Muy grande de nuevo el Trinche, poniendo el foco sobre aquellos que, siendo grandes, no son conocidos por una gran mayoría.
Que vuelva el fútbol de verdad, ese que terminó de extinguirse con la retirada de Sánchez Jara.
Por cierto, o el señor Otto Rehhagel empezó en los banquillos cuando aún cursaba la ESO alemana y esa fue su primera temporada, o perfectamente pudo ser el que asistió como monaguillo al bautizo de Cristobal Colón.
Enhorabuena al autor.
En el 81 Otto Rehhagel tenía ya unos nada desdeñables 43 añazos y tenía una trayectoria más o menos amplia como entrenador (casi 10 años http://en.wikipedia.org/wiki/Otto_Rehhagel ) y según veo entrenó al Arminia Bielefeld una temporada, pero no llegó a coincidir con Lienen que estaba en el Borussia Mönchengladbach, así que no venía el pique por lo que se ve de aquella época a lo Mou y Casillas.
Al final el AEK no ha podido eludir el descenso a pesar de la dimisión de Lienen
La hostia, tío. Casi me emociono. Cuántas veces he pensado lo mismo que el autor expone magistralmente en el primer tercio del post. Cuando yo jugaba al fútbol, no había partido que no acabara con sangre. Y ahora hay jugadores que se caen con el viento que levanta el mandoble de un cabezazo. Sin contacto ni ná. Patético.
Magnífico artículo. Lo dicho, casi me emociono.
Un saludo.
P.D. Por cierto, fiel a mis principio, yo me sigo peinando como Rafa Paz.
@Ravesen_
Que grande el Tato Abadía. Que recuerdos de esa época con jugadores como el propio Abadía y Eraña del Logroñés, Urbano del Lleida, Montoya del Extremadura, Lekumberri y Ohen del Compostela. Nostalgia.
Como comentan arriba conocía la entrada y había visto la imagen, pero no sabía de la historia de Lienen. Muy grande el Pelusa xD
Hasta que no he visto el vídeo, no he recordado que ya había visto las imágenes. Tremendo como se levanta y va en busca del entrenador rival para recriminarle la violenta entrada.
Respecto a lo que comenta el artículo en la comparación entre los jugadores actuales y otras épocas, yo creo que todos estamos de acuerdo. No tiene nada que ver el fútbol de ahora y el de antes.
Lo digo una vez más y no me canso, esta sección es un pelotazo. Gordo. Enhorabuena.
¡Dios mio! esta es LA FRASE:
«sobre todo mucho pelito de punta, mucho Patrico, mucha colonia y muchos productos de higiene completamente prescindibles para una actividad deportiva que si se realiza con el suficiente esmero va a producir que sudemos y nos pongamos hechos unos cerdos»
¿Pa que tanto esmero en la imagen si lo que se trata es de sudar?