El mejor futbolista que jamás viste
by alvayanes • 16 abril, 2013 • El Trinche Carlovich • 10 Comments
POR EL TRINCHE CARLOVICH
(Escuchando de fondo Borracho y solo de Albertucho)
El Cardiff City F.C. es un relevante club galés que actualmente juega en la Football League Championship (la segunda división inglesa) con serias aspiraciones de ascenso a la Premier League. El año pasado quedó sexto y esta temporada está en el grupo de cabeza. Con un estadio con capacidad para 27.000 espectadores y un gran número de seguidores, el Cardiff ha sido un equipo históricamente importante, con quince temporadas en la máxima categoría británica. De igual forma, a mediados de los 60-70 jugó varios años en Europa, cayendo por la mínima contra el Zaragoza de los Canario, Santos, Marcelino, Villa o Lapetra, o con el Real Madrid de Miguel Muñoz. Incluso alcanzó las semis de la Recopa del 67. Hasta este año era el único equipo no inglés que tenía un título (la FA CUP del 27, donde derrotó al Arsenal en Wembley). Históricos son sus duelos con el Swansea en el conocido derby del Sur de Gales.
Aunque un paso por detrás en la historia pero por delante en el presente, el Reading Football Club busca hacerse un hueco en esa poderosa clase media inglesa. Actualmente está en la Premier League, aunque hundido en la tabla y con altas probabilidades de descender a segunda
¿Qué tienen en común el Reading y el Cardiff? A su best player, ídolo de sus aficiones, jugador de culto y protagonista de esta rocambolesca historia.
Robin Friday fue un jugador de los 70 prácticamente desconocido fuera de Inglaterra pero que fue votado por las aficiones de dichos equipos, en 2004, como su jugador de culto ¿Cuántas veces jugó en primera? ¿Estuvo muchos años en esos equipos? ¿Tocó la gloria con dichas entidades? ¿Cuántas internacionalidades tuvo? ¿Fue un goleador de la Premier? Nada de eso. Nada. No jugó nunca en primera división y de hecho, en el Cardiff sólo jugó 25 partidos en segunda. Con el Reading en cuarta y en tercera.
Su otro equipo fue el modestísimo Hayes donde nunca se hizo votación oficial pero no hace falta. Desconozco si hay alguien más así en la historia que haya sido el mejor jugador de todos los tiempos en todos los clubes en los que ha estado. Tal vez Pelé (Santos, Cosmos) o Messi (Barcelona). En el Sevilla por mucho que Maradona jugase aquí, si se hiciese votación por nuestro jugador de culto imagino que saldría Kanouté. Robin Friday, allí donde jugó, es recordado como el mejor jugador que jamás tuvo el club
Siempre se habla de gente que pudo ser y no fue, pero nunca se «oficializa» con reconocimientos como el caso del jugador protagonista de nuestra historia. Y es que este tipo de cosas te dan que pensar: cómo no sería este tal Friday que juega en segunda división 25 partidos (en un equipo, recuerdo, que venía de hacerlo bien en Competición Europea y ha estado 15 veces en primera) y es nombrado por los aficionados como jugador de culto de la historia del Cardiff en las votaciones realizadas en 2004. Y en el Reading pues parecido: tres temporadas a caballo entre la cuarta y la tercera división y nombrado el jugador de culto del club también en 2004. O incluso hasta más sangrante porque allí, además, fue nombrado jugador del milenio en otras dos votaciones realizadas tanto en el 99 como en 2007.
No abundaré mucho en su vida infantil y privada. Nacido en 1.954 Robin se crió junto a su hermano gemelo en un suburbio londinense. Fue un niño tímido, retraído, raro, irascible y mal estudiante. Con quince años se metió a albañil pero sus precoces problemas sociales y alcohólicos hicieron que ingresara en un reformatorio con 16. Al año siguiente salió. En una de sus juergas terminó retozando con una chica negra lo que derivó en uno de sus primeros lanzamientos de penalty: casado a los 18 con la chavala embarazada.
Digamos que entre todas las historias de futbolistas que pudieron ser Dioses y que no lo fueron por su díscola vida privada, Friday es quien se lleva la palma. Retirado del fútbol con 25 años para irse de comuna hippie, y fallecido a los 38 por un jamacuco, Friday jugó en el Hayes, Reading y Cardiff. De chaval estuvo en la cantera del QPR y del Chelsea (con el que jugó la final de la FA Cup juvenil), pero decidió fichar por el Hayes porque su taberna favorita estaba al lado del estadio. Jugó la práctica totalidad de la temporada 72-73 borracho e, incluso, hay varios partidos donde el entrenador pone a 10 jugadores de inicio esperando que Friday entre en cuanto llegue. En uno de estos no llegó hasta el minuto 80. Ese día el Hayes ganó 1-0 con gol de Robin. En otra borrachera no murió de milagro tras atravesarse el estómago con una verja salvándose porque el pulmón sólo fue rozado, pero estuvo tres meses en el hospital. Pero así y todo era el mejor jugador de la categoría. En un partido de Copa contra el Reading juega un partido escandaloso y el manager de este equipo lo ficha cuando Friday ya lo tenía hecho con el Watford. Contaba con 19 años. 44 goles en 76 partidos fue su bagaje en los dos años en el Hayes. Y 7 expulsiones.
Su primera temporada fue un absoluto desmadre, tomándose medianamente en serio la segunda campaña (75-76) en la que quedó campeón y ascendió a tercera con el Reading. Haciendo de las suyas fue con 21 goles el máximo goleador de la categoría (sin ser delantero puro) y nombrado mejor jugador de la misma. En total jugó tres años y pico en el Reading de forma interrumpida por sus escapadas de sexo y drogas con los hippies que a veces duraban semanas. Todos los años fue nombrado mejor jugador del equipo y metió 46 goles. El más sonado fue el que le coló el 31 de marzo de 1976 (bonita fecha) al Tranmere Rovers. El central despeja con un voleón y Friday que estaba fuera del área la controla con el pecho. Pero no la deja muerta sino que el balón se eleva por encima de su cabeza. Friday emula a Spencer y hace una media volea achilenada que deja al personal estupefacto. Entre ellos al árbitro que tarda unos segundos en conceder en el gol. El colegiado era Mr:Thomas, que fue posteriormente internacional. «¿Por qué tardó tanto en dar el gol?» le preguntó años después un periodista. «Es que no sabía si rematar a esa altura era legal. Nunca vi un gol así».
Fuera del campo y tras divorciarse continuó en su línea de sexo, drogas y alcohol. Fue vetado en la mayoría de locales por su manía de hacer el baile de la trompa (creo que no es necesario que sea más explícito) sólo ataviado con un abrigo abierto y botas militares en lo alto de las mesas de los bares. En las concentraciones con el equipo también estaba hecho un gamberro tanto en los hoteles (hay anécdotas de mangazos de cubertería) como en los viajes. En la vuelta de un partido fuera, el autobús paró en un pueblecito para que la gente fuera al baño. Friday aprovechó la parada para profanar el cementerio del pueblo, robar un par de ángeles de una tumba y sentarlos al lado del Presidente que dormía en la primera fila.
En el Reading era feliz, pero los problemas económicos del equipo propician que medio equipo tenga que salir a precios de saldo. Estuvo a punto de fichar por el QPR, el Arsenal y, sobre todo, por el Sheffield (hasta 6 ojeadores parece ser que lo siguieron). Pero viendo cómo se las gastaba el díscolo jugador, los equipos de la Premier decidieron no firmarlo. Al final se marchó a segunda, al Cardiff, cosa que disgustó mucho al jugador que no quería irse a vivir a la fría Gales. En este tiempo, vuelve a casarse (botas de leopardo, chaqueta de tigre…) en una boda que dura varios días, donde la novia es recibida con Friday haciendo la croqueta por la escalinata de acceso y que ha pasado a la posteridad por ser donde más cannabis por metro cuadrado había del planeta.
En Cardiff está seis meses pero le da tiempo a liarla. En cuanto llega a la estación, el 30 de diciembre de 1.976, un policía le pide los papeles pero resulta que Friday se había colado en el tren. Hay versiones distintas (unos dicen que le besó en los morros, otros que se peleó con el policía) pero lo cierto es que durmió en el calabozo. Lo liberan los directivos al día siguiente, pero Robin se va de juerga para celebrar la Nochevieja. El 1 de enero de 1.977 y todavía embolillado, debuta contra el Fulham donde Bobby Moore, (campeón del Mundo con Inglaterra en el 66) daba sus últimos coletazos como pelotero. Cuentan que pocas veces volvieron loco en su vida al bueno de Bobby, pero que aquel día fue uno de esos. El Cardiff gana 1-0, gol de Friday.
Dicen que técnicamente era muy bueno pero que su mayor virtud era ser una fuerza de la naturaleza. Con el cable totalmente pelado, no sabías por donde iba a salir. Los contrarios intentaban sacarlo de quicio mediante patadas pero Friday, el día que no estaba muy borracho y no respondía, seguía jugando sin retirarse nunca por lesión a pesar de no llevar ni espinilleras. Era un auténtico animal, una furia, de esas que cuando lo enfadas no sabes qué va a hacer. En un partido contra el Luton, le hace un calzo al portero llamado Aleksic. Friday tiende la mano para disculparse y el guardameta no las acepta lo cual enciende a Robin. Otro día tal vez le hubiese endiñado, pero esa tarde, no. Aleksic saca la falta y Friday, como poseído, se lanza contra el defensa, le roba el balón, regatea a dos contrarios y delante del portero, lejos de colocarla a un palo para marcar, lo fusila metiéndolo para dentro haciendo un gesto similar al de la peineta. Esta mítica foto, que ilustra la portada de un disco de Super Furry Animals, está tomada tras ese gol.
(backpagefootball.com)
La temporada siguiente no la empieza en fecha porque un virus raro hace que pierda 13 kilos. No vuelve hasta octubre donde debuta en un partido pateándole la cabeza a un tal Lawreson, defensa del Brighton. El árbitro lo expulsa, Friday se va al vestuario visitante, fuerza la puerta y se jiña en el macuto de Lawreson. Como solía hacer se mete algunos lingotazos de Martini Seco, y sin ducharse se va su casa. Tras ser sancionado, jugó un ratito contra el Bolton en diciembre y cuando acabó el partido dijo que se iba a vivir con los hippies. Con 25 años se vuelve a divorciar y se va a ponerse tibio de maría y LSD con una comuna. Intentó rehacer su vida (aprendió el oficio de decorador, hizo la pretemporada del 79 con el Brentford, se casó por tercera vez, se divorció y volvió con los padres….) hasta que muere con 38 años parece ser que de un paro cardiaco probablemente derivado de una sobredosis.
The Greatest footballer you never saw, título de este post y apodo por el que se conoce a Robin Friday en las islas, es sin duda una licencia poética que acrecienta la leyenda de un futbolista del que prácticamente no hay documentos audiovisuales pero del que hablan y no paran. Nadie sabrá jamás si Inglaterra perdió un verdadero crack o si a la hora de competir a primer nivel, Friday no hubiese dado la talla. La realidad es que siempre que se hablan de juguetes rotos ingleses se piensa en Gascoigne o Best cuando, según dicen, la auténtica leyenda de lo que pudo ser y no fue tenía apellido de día de la semana.
@EltrincheCarlov
No tienen desperdicio estas historias de @EltrincheCarlov. Como diría Caparros no quiero dar mucha azúcar, pero el blog se esta convirtiendo en visita fija todos los días a la espera de nuevas entradas. Enhorabuena.
Tremenda la historia de Robin Friday. Ya lo comentaba esta tarde por twitter, me encanta esta sección del blog. Historias muy curiosas, bien documentadas y muy amenas de leer.
Por cierto, supongo que la mayoría sabréis de donde viene ese gesto que hace el bueno de Robin en la portada del disco, pero por si hay alguno que no, no me resisto a contarla porque me parece muy curiosa. Todo se remonta a finales del siglo XIV y principios del XV, cuando los arqueros ingleses formaban una fuerza militar bastante potente. Los franceses cuando capturaban a alguno, le cortaban los dedos índice y corazón de la mano derecha para que no pudieran volver a usar sus arcos. Por ello, cuando los ingleses ganaron la batalla de Agincourt en 1415 (hito crucial durante la Guerra de los Cien Años), enseñaban esos dos dedos en ese famoso gesto mezcla de burla y amenaza.
Así que tened cuidado si andáis por aquellas tierras de como hacéis el signo de la victoria.
Un saludo.
Gran aportación shumy.
Muchas gracias por deleitarnos con maravillas como esta. Además, la fecha no ha podido ser mejor elegida, pues precisamente hoy se ha confirmado el ascenso del Cardiff a Premier League 51 años después.
Cuanto talento se ha desperdiciado en la historia por mala cabeza, aunque siempre he pensado que gran parte del encanto de este tipo de futbolistas radica precisamente en su «controvertido» carácter.
José María, no conocía la historia del gesto. Esta noche me acostaré siendo un poco más culto 😉
Ansioso porque llegue el próximo día 16 y el Trinche vuelva a hacer de las suyas.
Un saludo.
¡¡Vaya prenda el Robin Friday éste!! Y luego nos quejamos en el Sevilla del carácter de Medel o de las juergas de Romaric, pero tras leer las peripecias del inglés que da título a esta historia me ha quedado claro que esos dos son unos santos al lado de Robin.
Gran aporte el del gran @shumyagain La verdad es que a mi me sonaba haber visto ese gesto en alguna película (Trainspotting o alguna de estas) pero no sabía qué significaba.
A mi me da la impresión de que Friday era el típico tío que nace con unas condiciones innatas para hacer algo que no le gusta. Eso, que le gustaba mucho el cachondeo y de que tampoco debía andar de neuronas muy allá.
Muy de acuerdo con el Señor Dirnei (gran nick). Mucha gente dice «qué hubiera sido Romario o Mágico González si no hubiesen sido tan golfos…» Y yo, realmente y de verdad, no sé la respuestas. Tal vez, si estos dos (por decir algunos) hubieran llevado vida espartana, tal vez hubieran sido unos amargados de la vida y esa tristeza les hubiera llevado a ser mucho peor futbolista de lo que lo fueron.
Historia curiosa la de este tal Friday
Impresionante histroria Trinche!
He de reconocer que es un personaje del que no tenía conocimiento alguno, pero que a partir de ahora formará parte de mi galería de genios admirados.
Muy bien documentada la historia y muy amena para el lector, como siempre.
Felicidades una vez más. Abrazos
PD: Felicidades por la elección del tema musical 😉
Magnífico artículo. Mi más sincero aplauso.
Genios desubicados. Un pequeño desajuste químico y/o eléctrico y el mundo pierde una joya.