• Televisión y afluencia a los estadios

    by  • 17 enero, 2013 • Economía, Fútbol, La firma invitada, Sevilla • 8 Comments

    Por Juan Ramón Jiménez. @thalcaveset

    (Escuchando Fuck You -con perdón- del gran (en todos los sentidos) Cee Lo Green. Hay otra versión, con un estribillo políticamente más correcto, aquí. )

    Voy a tratar con mayor profundidad de la habitual un tema que circula por todas las tertulias y que se simplifica con el axioma: la televisión está vaciando los estadios de fútbol. Para ello necesito explicar brevemente un concepto económico que es el de elasticidad de la demanda.

    La demanda es la cantidad de gente dispuesta a comprar un bien y/o la cantidad consumida de ese bien a un determinado precio. Todos sabemos que si un bien baja de precio, normalmente, su demanda sube. A los bienes que se comportan así (su demanda sube cuando su precio baja) se les llama normales, y son la mayoría. Hay bienes que no se comportan de esta forma (por ejemplo la sal), pero como hemos dicho, sí funcionan así la mayor parte de ellos. La demanda de fútbol vamos a considerarla un bien normal. Pues bien, el concepto que relaciona los cambios en los precios de un bien con su demanda se denomina elasticidad de la demanda. Vamos a ver cómo funciona y cómo afecta a las ventas de un bien con un ejemplo.

    Si una empresa vende 100 pasteles a la semana, es de esperar que si reduce el precio en un 20% venderá más pasteles. Pero claro, si por un lado va a vender más pasteles (lo cual es bueno para ella) por el otro los va a vender más baratos (lo cual es malo para ella) ¿Debe la empresa bajar los precios, o no? Pues depende de la elasticidad de la demanda. Si al bajar un 20% los precios vende un 40% más, sí debe bajar los precios. Si al bajar los precios vende solo un 10% más, estará ganando menos dinero que antes. Y si al bajar los precios un 20%, sus ventas suben un 25%, ganará exactamente lo mismo que antes de bajar los precios.

    Pueden hacer las cuentas suponiendo 100 pasteles a 1€ cada uno: 100×1€=100€ ingresos por ventas.

    Si el precio baja un 20%, el precio de cada pastel se quedaría en 0,8€. Si las ventas suben un 10%, 110×0.8= 88€ (que es menos que los 100€ iniciales). Si las ventas suben un 40%, 140×0.8=112€ (que es más que los 100€ iniciales). Si las ventas suben un 25%, 125×0.8=100€ (que es exactamente los mismo que antes).

    Para el primer caso se dice que la demanda es rígida (porque variaciones en los precios provoca variaciones pequeñas en la cantidad demandada). Para el segundo caso se dice que la demanda es elástica (porque cambios en los precios provocan grandes cambios en la cantidad demandada). En el tercer caso la elasticidad de la demanda es unitaria y en esos casos, da igual subir los precios o no porque siempre ingresas lo mismo por ventas.

    ¿De qué depende que la elasticidad de la demanda sea elástica o rígida, o sea, de qué depende que cuando la pastelería baje los precios sus ingresos suban o bajen?

    Principalmente de dos factores:

    1. Que el bien suponga una cantidad importante en el gasto del consumidor
    2. Que el bien tenga muchos y buenos sustitutivos.

    Para el primer factor el mejor ejemplo es la sal. Nadie se imagina que porque bajen el precio de la sal un 10% vayamos a comprar más sal. Si sube el precio tampoco compraremos mucha menos sal. Esto es así porque de todo lo que gastamos, la sal supone un importe insignificante, por lo que podemos obtener ahorros más importantes modificando el consumo de otros bienes antes que preocuparnos por la sal. Los bienes que implican un gasto anual pequeño tienen elasticidades rígidas, es decir, son poco afectadas por cambios en el precio. Creo que todos podemos convenir en que este no es precisamente el caso del fútbol. Ir mucho al estadio (mediante abonos o entradas) supone para la mayoría un gasto importante y se trata de un bien que, consumiéndolo en menor cantidad, puede producir un ahorro significativo en nuestros bolsillos.

    El segundo factor es que el bien en cuestión tenga muchos y buenos sustitutivos. Si la pastelería del ejemplo anterior es la única del pueblo, pues lo más probable es que si sube los precios, aunque la gente se queje, en su mayoría, le seguirán comprando los pasteles. Si en el pueblo abren una tetería, es probable que cada vez que la pastelería suba precios, pierda a alguno de sus clientes que se pasarán a la tetería. Por supuesto habrá gente más clásica, que prefiera su cuña de toda la vida y no la cambie por un té por pastas. Pero, ¿qué pasaría si a este pastelero le ponen otra pastelería justo enfrente? Pues que la demanda de sus pasteles ya sí se vería afectada de forma fuerte por las bajadas y subidas de sus precios.

    Pues bien, al fútbol consumido en el estadio le han abierto una pastelería al otro lado de la calle y parece que sus dirigentes todavía no se han dado cuenta: el fútbol por televisión.

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    (Foto: msn.com)

    A finales del siglo pasado e inicios de éste, eran televisados solo dos partidos a la semana: uno los sábados por las televisiones autonómicas y otro los domingos por Canal+. En 16 de cada 18 ocasiones, la competencia que tenía el consumo de fútbol en el estadio se limitaba a las otras posibilidades de ocio existentes: cine, teatro, la pareja no futbolera de cada uno, etc. (Interciso: No podemos mencionar al otro equipo de la ciudad como alternativa porque el fútbol, tan diferencial él, hace que por mucho que uno suba los precios y otro los baje, sea imposible el trasvase de aficionados de un lado a otro. Es como si una pastelería fuera normal y la otra solo para diabéticos, nunca mejor dicho. Fin del interciso).

    Tenemos que hasta 2003 el fútbol es un ocio con pocos bienes sustitutivos. Entonces se inicia la guerra del fútbol, se desarrollan las plataformas digitales y los clubs, encabezados por esos directivos geniales, se lían a vender los derechos por separado al mejor postor en una subasta absurda y alocada (tema potencial para otro post). Las televisiones compran esos derechos con un único fin: televisar fútbol en directo. El desorden en la compraventa de derechos hace que los horarios inicialmente no cambien mucho. Al principio se emiten todos los partidos a la vez por pay per view y los televidentes solo podían elegir uno de ellos (mientras continuaba un partido en abierto y otro por Canal+). Después los partidos empiezan a escalonarse para que puedan ser entre 4 y 6 los que como máximo se puedan ver por televisión cada fin de semana. Mientras tanto, la firma del Sevilla FC por La Sexta hizo que un tercio de los partidos en casa del Sevilla fueran televisados en abierto el sábado a las 10 de la noche. Surge un producto sustitutivo y que, para promocionarlo, te lo regalan. ¿Qué decisiones se tomaban en cuanto a precios? Subirlos.

    Tomando como referencia el precio de un abono de adulto en gol desde el año 2001-2002 hasta la temporada 2009-2010 (la del apogeo de la sexta) el precio del abono de esa zona del campo había pasado de 228€ (38.000 pesetas) a 470€. Un incremento del 105,79%. La inflación acumulada para el mismo período fue del 24,9%. Si se hubiese subido el precio del abono al ritmo del IPC el precio tendría que haber sido de 284,78€.

    Temporada Precio del abono en gol

    Incremento Anual

    Incremento Acumulado

    IPC Anual

    IPC Acumulado

    Precio teorico del abono en función del IPC

    2001-2002 228,38 €        

    228,00

    2002-2003 235,00 €

    2,90%

    2,90%

    4,00%

    4,00%

    237,12

    2003-2004 245,00 €

    4,26%

    7,28%

    2,60%

    6,70%

    243,29

    2004-2005 270,00 €

    10,20%

    18,22%

    3,20%

    10,12%

    251,07

    2005-2006 295,00 €

    9,26%

    29,17%

    3,70%

    14,19%

    260,36

    2006-2007 330,00 €

    11,86%

    44,49%

    2,70%

    17,28%

    267,39

    2007-2008 435,00 €

    31,82%

    90,47%

    4,20%

    22,20%

    278,62

    2008-2009 435,00 €

    0,00%

    90,47%

    1,40%

    23,91%

    282,52

    2009-2010 470,00 €

    8,05%

    105,79%

    0,80%

    24,90%

    284,78

    2010-2011 445,00 €

    -5,32%

    94,85%

    3,00%

    28,65%

    293,32

    2011-2012 410,00 €

    -7,87%

    79,52%

    2,40%

    31,74%

    300,36

    2012-2013 310,00 €

    -24,39%

    35,74%

    2,90%

    35,56%

    309,0

    A partir de esa fecha (ante los malos resultados deportivos y la bajada de afluencia) el club optó por reducirlos significativamente. Ahora (temporada 2012-2013) el abono vale 310€, lo que supone un incremento del 35,73% frente al del 2001-2002. ¿Y cuál ha sido el IPC acumulado desde 2001 hasta 2012? Pues aproximadamente un 35,56%.

    Qué casualidad Miguel.

    El precio del abono de adulto para gol de la campaña 2012-2013 es exactamente igual de caro (descontando la inflación) que lo era el del año 2001-2002.

    Mi opinión es que el consumo de fútbol en el estadio tiene un competidor nuevo y barato que es el consumo de fútbol por televisión. Gol TV (patrocínennos, sin miedo, mientras tanto no habrá hipervínculo) cuesta 29€ al mes, 348€ al año. Considerando que te permite ver aproximadamente 38 partidos de tu club al año, saldría a 348/38=9,16€ (y encima te regalan multitud de partidos del resto de equipos y otras ligas). Para la campaña 2012-2013, un abono de gol implica que cada partido de liga sale a 310€/18=17,22€. Casi el doble. Por supuesto siguen (y seguirán) habiendo incondicionales que (como se expuso aquí) seguirán yendo al estadio, pero es hora de que los dirigentes de los equipos en general, y los del nuestro en particular, se den cuenta que el fútbol en el estadio no puede tener el mismo precio (descontando la inflación) que hace 10 años. Si a eso le sumamos que los horarios se ponen para incentivar el consumo de fútbol por televisión en vez de su consumo en el estadio (por motivos económicos), blanco y en botella.

    Que el Sevilla FC SAD vuelva a recaudar por abonos y entradas las cantidades de hace 5 ó 10 años (descontando la inflación) es una fantasía que los directivos del club deben borrar de sus mentes. Eso no pasará mientras la pastelería que han abierto enfrente no cierre, (o suba mucho sus precios).

    Suponiendo una elasticidad de la demanda igual a uno, lo inteligente sería bajar los precios ya que recaudarías lo mismo de forma directa, pero más de forma indirecta (mediante consumo dentro del estadio y merchandising) sin contar el efecto positivo que tiene un estadio lleno en el plano deportivo. Pero es que, además, si como supongo yo, la demanda de futbol en el estadio es elástica, una hipotética nueva rebaja en el precio de los abonos provocaría, incluso, un aumento de ingresos respecto a lo recaudado en esta campaña 2012-2013.

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    (foto: desdemisevillismo.blogspot.com.es)

    Acierten.

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    8 Responses to Televisión y afluencia a los estadios

    1. rafa
      18 enero, 2013 at 9:23 am

      Impresionante. Totalmente de acuerdo y en nuestro caso hay que añadir que el RSP es un cementerio. Otra malas gestión de otra crisis.

      Saludos

    2. 18 enero, 2013 at 9:39 am

      Estimado Juan Ramón,

      muy buen artículo. Sobre todo porque forma una muy interesante terna de artículos con dos de Alvaro, el de la pirámide de Maslow y el del respeto que pedía a los operadores televisivos.

      Un apunte, la pastelería de al lado la han abierto vendiendo nuestros propios pasteles con entrega a domicilio. Nosotros les vendemos el producto y ellos lo distribuyen como quieren diciéndonos además a que hora debemos de poner a funcionar el obrador para que ellos tengan los pasteles cuando les plazca.

      El análisis de la elasticidad, si lo sumamos a que el abono está cada vez más lejos de ser un bien de primera necesidad y a esta maldita crisis, es fundamental para dar con el precio correcto para el abono. De los precios de 2007, que fueron la gran subida, a ahora se han producido numerosos hechos que hacen que el precio del abono sea demasiado alto:

      – La pérdida de poder deportivo
      – La crisis
      – Los horarios y la televisión
      – El descenso de SAT

      Todos ellos deberían ir aparejados de un descenso del precio del abono. Sin embargo sólo se ha producido un descenso por parte de ellos (poder deportivo y, quizás, crisis). Eso ha producido que pese a la reducción, no estemos en precio de «mercado». No es atractivo sacarse el abono. La razón fundamental que se ha ignorado, los horarios.

      Por todo ello es claro que es urgente hacer un análisis de elasticidad para ver el precio justo del abono y evitar perder más abonados o incluso ganarlos.

      Una última cuestión. Los descensos del precio del abono en gol no van parejos con el resto de zonas del estadio. En fondo y preferencia son menores las bajadas.

      Un saludo

      Carlos

    3. 18 enero, 2013 at 10:25 am

      Este post solo pretende abrir un poco los ojos sobre la bajada de afluencia en el Estadio, estudiando un aspecto concreto. Para estudiar el tema en profundidad harian falta bastantes más artículos porque el tema es muy denso.
      Te respondo por partes:
      -«Un apunte, la pastelería de al lado la han abierto vendiendo nuestros propios pasteles con entrega a domicilio» Entiendo tu razonamiento y veo que no he sido del todo claro en este concepto. Bajo mi punto de vista, el Sevilla FC SAD ofrece un artículo principal que es un servicio de ocio. Y ese servicio de ocio (ver un partido de fútbol) antes solo se podía hacer de una manera (en 16 de cada 18 veces) que era yendo al campo. Pero ahora la ofrece de dos formas (en el campo o por la tele) y esas formas son excluyentes. O se va al campo o se ve por la tele. El club no ha tenido un descenso de ingresos por vender su producto a la tele, al contrario. Si sumasemos lo que el Sevilla ingresó en la 2001-2002 por tele más abonos seguro que nos sale una cantidad (sumando la inflación acumulada) muy inferior a la de ahora. Al club no le ha perjudicado en absoluto (en el plano económico) la entrada de las televisiones. Lo que defiendo es que la venta del producto a través de abonos y entradas tiene unos precios totalmente desfasados e irreales.

      -«De los precios de 2007, que fueron la gran subida, a ahora se han producido numerosos hechos que hacen que el precio del abono sea demasiado alto…» Totalmente de acuerdo. Hay más factores que hacen que el abono esté caro, yo solo he expuesto en este artículo brevemente como influye uno de ellos. De hecho hago mención al final del antepenúltimo párrafo a los horarios. Meterse más en el tema de los horarios (que es un tema que se ha tratado exhaustivamente en la blogosfera) hubiese alargado mucho el post. Solo quiero apuntar que si la mayor fuente de ingresos procede de la televisión, es lógico que los horarios se adapten a esa forma de consumir el producto.

      -«Una última cuestión. Los descensos del precio del abono en gol no van parejos con el resto de zonas del estadio. En fondo y preferencia son menores las bajadas» Uno de los problemas técnicos (graves) de mi post es que sólo he estudiado una zona en concreto. Por lo que tú indicas, el problema puede ser aún peor de lo expuesto por mí. Estudiar la evolución del precio de todas las zonas del campo y calcular el mix de producción es lo que HAY QUE HACER. Pero mientras que no nos patrocine GOL TV, veo difícil que sea yo el que se meta en eso 😉

      Muchas gracias por tu interesantísima aportación Carlos.

    4. 18 enero, 2013 at 11:57 am

      Juan Ramón,

      cuidado con los ingresos por la televisión y su impacto en nuestras cuentas. Nosotros hemos permitido esa competencia en el servicio de ocio. Y lo hemos hecho simplemente por conveniencia económica. Nos pagan y encima ese contrato tiene más valor puesto que nos garantiza unos ingresos durante unos años, lo que nos da un aval de solvencia futura.

      En definitiva, va a venir menos gente a la pastelería pero vendemos más con garantía de mantener esa venta porque se la vendemos a la competencia. Bien.

      El problema viene ahora si con el estado vacío y el 50% de nuestros ingresos en manos de las teles, estas dejan de pagar u ofrecen renovaciones a la baja. Entonces veremos como salimos de esa. Pasará? Yo apostaría a que sí. Y eso va a hacer daño.

      Un placer debatir contigo. Saludos.

    5. Cornelio
      18 enero, 2013 at 3:24 pm

      Otra variable a tener en cuenta.
      La comento teóricamente, ya que no tengo números para exponerlos, pero “a ojo de buen cubero”, no creo que vaya descaminado en el planteamiento.
      Hace diez o doce años, los ingresos de televisión suponían una parte pequeña del presupuesto, ya que te televisaban un escaso número de partidos y te daban tu parte correspondiente. En aquella época, el peso de en el presupuesto de la asistencia (abonos + taquilla) debería ser bastante superior al de los ingresos por TV.
      Si pensamos en una partida presupuestaria, a la que llamáramos “visualización” (por poner un nombre) tendríamos que incluir en ella TV + asistencia.
      Eso serían los ingresos que genera el club por la gente que lo ve.
      Se pretende aumentar considerablemente uno de las dos cuentas de esa partida, TV, pero queriendo mantener estable la otra, asistencia, y no hay tantos pasteles.
      El mayor aumento de ingresos por TV debería equilibrarse con la rebaja de precios en asistencia.
      El incremento en consumo televisivo lleva aparejada la subida de otra partida, publicidad. Un anunciante prefiere que te vean 200.000 por televisión que 40.000 en el campo, por ello pagará más por tu camiseta.
      La bajada de precios en los abonos acarrea otro fuente de ingresos paralela, si el de la tetería pone más baratas las pastas, además de te vende la taza de té.
      Las barras del estadio venderían más (es una concesión, pero el canon de la misma no puede negociarse igual con 40 de con 20.000 abonos); en la tienda “picaría” alguno más.
      En el círculo vicioso en el que se entra con el campo vacío, es grave. Se procede a regalar entradas, con lo cual el socio, que ya se pierde varios partidos por los horarios, encima ve como el vecino entra gratis o por la mitad de lo que a él le cuesta su partido de abono, se cabrea y al año siguiente no saca el carné.
      Si a todo esto unimos que la economía general obliga a reducir gastos, por bajada de ingresos o por inseguridad de lo que ha de venir, la cuenta ya está hecha.

    6. 18 enero, 2013 at 4:07 pm

      Saludos.

      Déjenme, por favor, intervenir porque hay otro aspecto que sospecho no ha quedado suficientemente claro y que es, desde mi punto de vista, definitivo: los resultados deportivos.

      Estamos viendo dos o tres estadios atestados partido si, partido no. Es cierto, sin embargo, que los horarios ayudan, pero en conociendo a nuestra afición, con otros resultados se «calentarían» muchos de los que ahora aparecen tibios o frios…

      Si a la suma de errores añadimos tres o cuatro campañas de cierta «mediocridad» (la vigente con visos de ser nefasta sin no se remedia cuanto antes), no debería extrañarnos ver tanto cemento en el Estadio.

      Y la «mediocridad» que digo es solo la resaca de dos años mágicos, difíciles de repetir, pero que los acontecimientos (y los responsables de ellos) se han encargado de elevar a una referencia lejana, imposible… un sueño que vivimos y que parece haberse constituido en cuestión de los de Historia.

      El símil sale solo: dicen, los políticos, que estábamos viviendo «por encima de nuestras posibilidades». ¿Estuvimos nosotros en la misma situación?

      No me hablen de ciclos porque lo arruinamos todo en tanto que lo vivido en 2006 y 2007 nunca antes se había logrado. Los ciclos no son aplicables ahora aunque quizás lo puedan ser en el futuro si reformulamos las estadísticas.

      Cambió el modelo de fichajes, cambió el modelo deportivo, cambió… se cambió algo que funcionaba con claroscuros nunca bien explicados. A veces, incomprensibles. Debemos suponer (quiero suponer) que se pretendía mejorar (era el debate de la excelencia), pero la apuesta era arriesgada en tanto que, como se dice, «si funciona, no meneallo». Los hechos, desgraciadamente, demuestran que quizás hubo precipitación en algunas decisiones.

      No entra la pelotita y a pesar de los aficionados, de los carnés, de los estadios, de los horarios, de los árbitros, de las televisiones… no hay otra clave mejor para entender éste pandemonium.

      Los éxitos tapan todas las manchas. Los fracasos humanizan de la peor forma.

      Gracias.

      Cuidaros.

    7. 18 enero, 2013 at 4:39 pm

      Carlos: De acuerdo otra vez. Somos muchos los que pensamos que hay una burbuja futbolísitca, producida por una burbuja televisiba. Si a las televisiones no le salen las cuentas (que creo que no) renegociarán a la baja. Lo único que puede hacer que esto no pase es exportar la liga pero en ese aspecto se ha avanzado poco.

      Cornelio: totalmente de acuerdo. Los directivos han visto como un trozo de la tarta crecía enormemente y pensaban que eso no afectaba a la enta de abonos. sí lo hace.

      Algarivo: Por supuesto que el nivel deportivo lo condiciona todo. Es el Leiv motif del club. El alfa y el omega. Con éxitos deportivos hay esponsors, se venden camisetas se va al estadio y se venden jugadores por el triple de lo que costaron. Y el fracaso deportivo trae exactamente lo contrario.
      Pero todos los que tenemos entre 30 y 40 años hemos visto Sevillas mediocres y campos llenos. Lo de esta temporada no es normal ni lo explica solo la situación deportiva.

    8. Alvaro
      18 enero, 2013 at 7:58 pm

      Antes que nada agradecer públicamente a Juan Ramón su colaboración en el blog por tan magnífico post. Y, como no, los comentarios recibidos de gente a la que aprecio y admiro tanto.

      Desconocía el dato que, por fin y 10 años después, el Sevilla se acoge al IPC para fijar el precio del abono de gol. Esas bonitas casualidades que se convierten en causalidades.

      Obviando la crisis (que es mucho obviar) uno de los problemas de todo esto es el hartazgo y el cachondeo. Uno puede ser pesao, requetepesao y megajartible. Pero cuando se ríen de uno y te faltan al respeto te lo tienes que pensar muy mucho. Y es que una cosa es vender tu alma al diablo dándole el poder para que haga lo que quiera y otra que te falten al respeto. Lo de los lunes, lo del día de la Cabalgata o lo de que nos plantemos en febrero y todavía haya niños que no han podido pisar Nervión porque el 100% de los partidos han terminado de noche es para colgar a alguno del palo mayor.

      Estamos en manos de gente que no entiende de fútbol. Esta gente no ama el fútbol. Si esta gente tuviese un mínimo de respeto por nuestra pasión no harían lo que hacen.

      Se van a cargar el invento. Lo comenté en el enlace que has puesto de la pirámide de Maslow escrito en LPM. Es necesario que alguien de un puñetazo en la mesa y que innove. Aunque a la corta se pase una travesía en el desierto, a la larga seguro que dará resultados. Seguro. Y a mi me gustaría que mi entidad fuese pionera en esto. Nervión a revientacaldera todos los domingos te da un plus de puntos que es quien te puede llevar a Europa que es el asidero económico real. En este sentido, muy de acuerdo con Cornelio.

      Háganlo, explíquenlo y arriesguen.

      Por cierto, habláis de la burbuja televisiva. Tengo en el horno un articulito para la semana que viene donde, de pasada, se podrá ver una consecuencia de que pinche. Y no para un equipo precisamente menor. Pero eso será la semana que viene. De momento, saboreemos esta maravilla

      Abrazos a todos

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